El próximo 9 de noviembre, Catalina Castro Blanchet, hija del icónico periodista colombiano Germán Castro Caycedo, estará presente en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2024 para presentar su obra Mi padre, Germán Castro Caycedo. Este evento, que cuenta con el apoyo de la Embajada de Colombia en República Dominicana, será una oportunidad única para que los asistentes conozcan de primera mano la biografía que rinde homenaje al periodista que marcó un hito en la crónica nacional.
Catalina compartirá en un panel titulado “Mujeres, libros y paz”, junto a Gabriela Pinilla, escritora y artista visual. La conversación será moderada por Darío Villamizar Herrera, embajador de Colombia en República Dominicana, quien también presentará el libro en el Colegio Dominicano de Periodistas, como parte de las actividades que la feria ha denominado “La Feria fuera de Casa”.
La autora explorará no solo la trayectoria profesional de su padre, sino también el vínculo familiar que los unió en la creación de este libro. Catalina recurre a cartas, crónicas y recuerdos personales para reconstruir la vida de Germán Castro Caycedo, resaltando su legado como uno de los cronistas más importantes de Colombia. Los asistentes tendrán la oportunidad de adquirir el libro y de participar en un diálogo cercano con la autora sobre el proceso de escritura y las enseñanzas del maestro de la crónica.
Catalina Castro Blanchet, en diálogo con Camilo Hoyos a través del podcast PAREDRO, abordó en profundidad el proceso de escritura de su libro Mi padre, Germán Castro Caycedo. La conversación no solo explora el legado profesional del cronista, sino también la dimensión personal y familiar de un proyecto que buscó reconstruir la figura del periodista a partir de anécdotas, cartas y entrevistas.
Camilo Hoyos destacó la labor pionera de Germán Castro Caycedo en la narración de la Amazonía colombiana, describiendo cómo logró contar esas historias desde la denuncia y la divulgación, y cómo este libro rescata ese espíritu. Catalina recordó cómo su padre, desde niño, mostró una fascinación por la realidad colombiana: “Mi papá siempre decía que la realidad sobrepasa cualquier ficción, especialmente en este país”. Este afán por conocer y contar las realidades del país se convirtió en una misión de vida que Catalina ha documentado en su obra.
Al hablar sobre el proceso de escritura, Catalina reveló que el libro, inicialmente concebido para ser escrito junto a su padre, se convirtió en un ejercicio de duelo y de memoria tras su fallecimiento. A través de cartas y testimonios de quienes acompañaron a Germán en su trayectoria profesional, la autora logró crear una narrativa que combina lo íntimo y lo profesional. “Fue un viaje por mi duelo, un intento por dejarlo ir”, confesó Catalina, quien reconoció que el libro también le permitió descubrir nuevas facetas de su padre como periodista, ampliando su admiración por él.
Catalina compartió también una de las enseñanzas clave que le transmitió Germán: “Cuando viajábamos a cualquier rincón del país, la primera regla era: ‘Te despojas de todas tus creencias, vas como si estuvieras desnuda de tu cultura’. Solo así, decía, se puede entender y narrar una realidad sin juicios”. Esta lección fue fundamental en la forma en que Germán Castro Caycedo abordó su trabajo, y Catalina la recupera en el libro como un testimonio de su ética profesional y de vida.
Para conocer la entrevista completa, escucha el episodio en PAREDRO:
En un diálogo epistolar lleno de nostalgia y admiración, Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada reflexionan sobre la obra Mi padre, Germán Castro Caycedo, destacando la profunda conexión entre la arquitectura y la escritura que permea esta biografía.
El 3 de agosto de 2024, la revista Cromos publicó una carta conmovedora escrita por Álvaro Castillo Granada, dirigida a Catalina Castro Blanchet. En esta misiva, Castillo Granada, un querido amigo de la familia Castro y reconocido librero, relata su experiencia al lee la biografía que Catalina dedicó a su padre, uno de los más grandes cronistas de Colombia.
Castillo Granada, que conoció a Catalina desde su niñez y fue testigo del desarrollo de su vocación literaria, no solo elogia la estructura del libro sino que también reflexiona sobre cómo Catalina ha logrado construir una «arquitectura textual» que fusiona de manera magistral la vida y el legado de su padre con sus propias vivencias y sentimientos.
Catalina, en su respuesta, revela cómo la impactaron las palabras de Álvaro, reconociendo su influencia en su formación literaria desde sus primeros encuentros con la poesía. Ella menciona cómo este libro no solo es un tributo a su padre sino también una realización personal que surge de la simbiosis entre su amor por la arquitectura y la escritura.
A continuación, la versión completa de este intercambio:
Una arquitectura textual
Acabo de terminar la última página, la 711, de un libro que llevaba varios años esperando: Mi padre, Germán Castro Caycedo, de Catalina Castro Blanchet.
Gloria Moreno, su madre (quien me dio la oportunidad de empezar en mi oficio de librero hace ya casi 36 años), me lo venía anunciando: “Catalina está escribiendo un libro sobre Germán… Si vieras la belleza… Estoy asombrada…”.
No alcanzaba a imaginármela. La conocí cuando tenía 11 años. Era una niña inquieta y tímida, fascinada con la gimnasia, a la que recuerdo cuando iba de visita a la librería Enviado Especial Libros, propiedad de su madre, y nos sentábamos, a veces, en el banco que nos servía de escalera, a leer cuentos o a contarnos historias. Después se fue transformando en una joven que decidió seguir su vocación desde muy rápido: la arquitectura. No creo, ahora que lo pienso, haberle oído hablar de otra profesión para su vida.
La última vez que la vi fue hace más de veinte años. Veo el sitio exacto: Merlín, un café en el barrio La Macarena. Yo iba a hacer una visita. Pasé frente a una ventana y la vi sentada. Le hice señas. Nos saludamos.
No he dejado de saber de su vida gracias a los suyos. Esa niña se ha transformado en una mujer talentosa. Profesional y madre.
Y ahora, para mi sorpresa y asombro, escritora.
Cerré el libro y me quedé pensando sin salir de mi deslumbramiento: ¿Cómo pudo escribir una historia tan vasta, entrañable y compleja como esta sin caer en el facilismo de la sensiblería o el afán de protagonismo? ¿Cómo contar la historia de su padre, que es al mismo tiempo, la historia de casi los últimos sesenta años de este país? ¿Cómo no avasallarse ante el personaje, el cúmulo de información y descubrimientos que fueron llegando después de su partida?
En la página 607 encontré una de las claves: “Escribir esta parte del libro representó para mí un triple desafío: primero, intentar entender y explicar con precisión episodios claves del conflicto armado colombiano, en aras de contextualizar las luchas de mi papá, que, como a pocos, le cabía todo el país en la cabeza. Segundo, escoger qué fragmentos de su trabajo abordar, pues dedicó toda su vida profesional a recorrerlo y entenderlo y, al mismo tiempo, darles una forma coherente que equilibrara sus experiencias personales con el contexto histórico, que me imponía una visión más cronológica. Pero quizás lo más desafiante fue entretejer esta tarea con la de narrar sus últimos días. El deber y el sentimiento se debatieron en cada línea”.
La otra clave es la siguiente: sólo una arquitecta podría armarla. Alguien capaz de mirar las partes y el todo, a través de las ventanas de lo público y lo privado. De la intimidad. De lo que “se preserva para uno mismo” y se decide, gracias a una estructura dramática, dejar ver a los demás. Una “arquitectura textual” (como le gusta decir a Hernando Cabarcas).
Partiendo de la reconstrucción de los últimos días de su padre, irse adentrando en las habitaciones de su vida, abriendo puerta tras puerta, para dejarnos ver el retrato de un hombre para el que “el mayor sentimiento de libertad no es poder recorrer parte del mundo ni intentar vivirlo intensamente cada vez que me asomo a culturas diferentes a la mía, sino tener la oportunidad de describirlo”.
Escrito, además, con una sobriedad absoluta. Y una capacidad de reflexión, sugerencia y síntesis que me hace pensar en una vena poética que debe habitarla. No sé por qué creo que la lectura de Eliseo Diego (de quien recuerdo haberle hablado alguna vez hace casi treinta años y de quien trajo Nombrar las cosas, de una visita a Cuba) la ha respaldado y consolado en esta historia. No es posible escribir un libro como este sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.
Es un libro hondo y hermoso. Contado desde una memoria que extraña y descubre para encontrar, a través de la escritura, la posibilidad de cerrar una historia que debe ser contada desde adentro. Desde las habitaciones por donde transcurren nuestros días y desde las que salimos para encontrarnos con la aventura de estar en el mundo con nuestras palabras. Contar la historia de Germán Castro Caycedo para, habitado por ella, seguir contando la de Catalina Castro Blanchet que, desde ya, los lectores estamos esperando.
Álvaro Castillo Granada
Chapinero, Bogotá, 7 de julio de 2024
Ese otro que también me habita
Voy en una nave que me transporta a un mundo paralelo, un viejo y conocido universo que siempre he llevado en mí, pero que tan solo hoy se materializa. Atravieso el océano con tus palabras como compañía y retumban en mi alma desde anoche: son para mí el premio del gran jurado, “algo inmenso en mi corazón”, como me lo escribió mi padre algún día.
En mi edificación “literaria”, es decir en la estructura de una parte importante de mi ser, fuiste constructor sin ser arquitecto, una de las vértebras, quizás la médula, de mi columna vertebral. Eres, en definitiva, uno de esos seres que por fortuna la vida pone en el camino para erigir paso a paso nuestra esencia. Por eso, a pesar de que no nos vemos hace muchos años, estás siempre en mí, en ese otro que también me habita (como escribió Darío Jaramillo).
Esa niña de 11 años, apasionada por la gimnasia olímpica, que soñaba con ser arquitecta y que se enamoró de Baudelaire a sus 13, encontró, a través tuyo, el amor por la poesía y la literatura latinoamericanas. Por eso, no es gratuito que aquel poema de Eliseo Diego, a quien me introdujiste, y cuyo libro “usado” Nombrar las cosas (el que traje de Cuba para darle una segunda vida, o sabrá Dios en que reencarnación iría cuando cayó en mis manos), sea el preámbulo de este nuevo hijo que acaba de nacer. El temor al papel en blanco, nunca había tenido para mi tanto sentido, ni la poesía que llevo dentro hubiese encontrado mejor terreno que este viaje por la vida de mi padre y parte de la mía.
Desde que amé la poesía, la escritura estuvo en mí, porque allí sentados en ese “banco que nos servía de escalera” me llevaste a Diego, pero también a Neruda y sus preguntas, Paz y Benedetti, y también a Julius y al mundo de los cuentos de Bryce, o de Alejo Carpentier, Los cuentos peregrinos de tu Gabo o a Mutis y su Ultima escala del Tramp Steamer, sin duda dos de los libros que me hicieron amar esta literatura nuestra. En ese banco, decía, gracias a ti, repito, descubrí parte del mundo que hoy me define. Desde que abriste las puertas a ese universo de gotas negras sobre blanco, en mi intimidad, lleno cuadernos y cuadernos de frases, palabras, algunas veces acompañadas por dibujos, diarios y diarios como el de Frida (a mi escala claro), que también tu pusiste en mis manos. Esas aproximaciones a poesías, que guardé durante décadas, en efecto son el tímido poeta que llevo adentro. Pero un poeta que jamás pensó que la vida le regalaría la oportunidad de escribir, no solo para cumplir una promesa, sino también para ser leída por otros. Jamás imaginé que, al ser arquitecta, en vez de alejarme de la escritura, me acercaba a ella, así que gracias a tu hermosa analogía, ya estos dos seres que me habitan no se debaten sino que conviven. Hoy soy ese ser que ama la arquitectura, pero que fue capaz, sobre pasando todos los obstáculos y sus propias limitaciones, el duelo “y tantos descubrimientos póstumos”, de hacer una arquitectura textual, como me siento honrada que la llames, y más aún que la elogies.
Tus palabras son en extremo generosas, demasiado, tanto que no creo merecerlas a este punto. Pero tu estimulo me impulsa y me llena de alegría, por eso y por leerme y por haber construido ese otro que también me habita, te estaré eternamente agradecida.
Catalina Castro Blanchet
El Cielo, 8 de julio de 2024
Video embebido: (Aquí se incluirá el enlace o video correspondiente si aplica)
El Quindiano, publicó una extensa crítica sobre el libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por Catalina Castro Blanchet, que ofrece una profunda exploración del legado de uno de los periodistas más icónicos de Colombia. La crítica destaca cómo Catalina narra la vida de su padre, Germán Castro Caycedo, desde una perspectiva íntima y emotiva, brindando a los lectores una mirada personal a la vida y la carrera de un hombre que dedicó su existencia a contar las historias más complejas y olvidadas del país.
El artículo subraya cómo Germán Castro Caycedo, a lo largo de sesenta años, recorrió Colombia para documentar la realidad desde una óptica única, llevando sus crónicas desde las páginas de los periódicos hasta las pantallas de televisión. Su programa Enviado Especial es recordado por mostrar una Colombia profunda y diversa, mientras que sus veintiséis libros de no ficción han dejado una huella imborrable en el periodismo y la literatura del país.
Catalina, a través de su libro, no solo rinde homenaje a su padre, sino que también explora sus propios sentimientos y recuerdos, creando un relato que es tanto un testimonio de amor filial como un análisis riguroso de la vida y obra de Germán. El Quindiano resalta que esta obra es una celebración de la vida de un hombre que vivió con intensidad y ejerció el periodismo con una pasión inigualable.
Para leer la crítica completa en El Quindiano y abrirse a comprender mejor el impacto del legado de Germán Castro Caycedo en el periodismo colombiano, puede hacer click aquí.
En una emotiva entrevista con Gustavo Nieto Huertas en la sección ‘TVO Leyendo’ Noticias RCN, Catalina Castro Blanchet, hija del gran cronista colombiano, comparte detalles sobre el proceso de creación del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo y reflexiona sobre el impacto perdurable de su padre en el periodismo colombiano.
En una conversación que evoca recuerdos profundos y una conexión profesional y personal única, Catalina Castro Blanchet narra cómo surgió la idea de escribir el libro en colaboración con su padre. Germán, inicialmente reticente a la idea de contar su propia historia, finalmente accedió a trabajar junto a su hija en lo que sería una obra que no solo captura la esencia del gran periodista, sino también la relación íntima entre los dos.
Catalina relata cómo las conversaciones y el trabajo en conjunto con su padre revelaron la magnitud de su obra, quien, al mirar atrás, admitió con humildad y sorpresa: «Carajo, si es que he hecho mucho». Este reconocimiento se convierte en uno de los momentos más conmovedores del libro, que Gustavo Nieto describe como una verdadera «cátedra de periodismo puro y limpio».
La entrevista también profundiza en la importancia de la relación entre Germán y su esposa Gloria Moreno, a quien Catalina reconoce como una figura crucial en la vida y carrera de su padre. Según Catalina, él no habría llegado donde llegó sin el apoyo incondicional ella, quien no solo fue su compañera de vida, sino también su crítica literaria más rigurosa y su mayor aliada en la batalla por defender la libertad de expresión.
Al hablar sobre la realización del libro, Catalina destaca el papel fundamental de la Editorial Planeta y sus editores, quienes la apoyaron tanto en el aspecto literario como en su proceso personal de duelo. «Este libro no sería lo que es hoy sin ellos», asegura Catalina, subrayando la importancia de contar con un equipo que comprendiera y respetara la magnitud del proyecto.
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista ocurre cuando Gustavo pregunta a Catalina sobre su libro favorito en la obra de su padre. Sin dudarlo, Catalina menciona El Cachalandrán Amarillo, una obra que, según dice, resuena profundamente por ser una colección de cuentos que le recuerdan las historias que su padre le contaba para ahuyentar sus miedos en la noche.
La entrevista concluye con una reflexión sobre el reto de seguir adelante sin Germán. Catalina afirma que, aunque ya no puede llamarlo ni tener esas conversaciones que tanto extraña, su padre sigue presente en cada aspecto de su vida. «Este libro es una manera de que no se vaya nunca», dice Catalina, dejando claro que el legado de Germán Castro Caycedo sigue vivo no solo en las páginas de su obra, sino también en el corazón de quienes lo conocieron y amaron.
Germán Castro Caycedo, el cronista por excelencia de Colombia, era conocido por su repudio a la cursilería en el periodismo. “El periodismo colombiano está lleno de poetas mientras que la gente simplemente quiere información”, sentenció en 1977 durante una entrevista con Gonzalo Guillén. Este capítulo del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por su hija Catalina, ofrece una mirada íntima a los últimos días del periodista, donde la precisión, el compromiso y el sentido del deber siguen marcando su vida hasta el final.
El relato de Catalina comienza en el verano de 2021, cuando en París recibe la noticia de que la salud de su padre se ha deteriorado gravemente. A lo largo del capítulo, la autora nos guía a través de una montaña rusa emocional, desde la incertidumbre y el miedo, hasta la determinación de estar al lado de su padre en sus últimos momentos. La narrativa es un testimonio de amor filial, pero también un reflejo del hombre que Germán fue: un maestro de la palabra, un cronista que convirtió la realidad en un arte y que escribió con una mezcla de rigor y sensibilidad.
El capítulo está marcado por recuerdos familiares, como los rituales de Germán para mantener su impecable apariencia, su amor por la fotografía, y su sentido del humor siempre presente. Catalina también comparte cómo, incluso en sus últimos días, Germán mantuvo su esencia intacta, con su característico rechazo a la exageración y su amor por la simplicidad y la claridad en la escritura.
Este capítulo es solo un fragmento del libro que retrata la vida de un hombre que dejó una huella indeleble en el periodismo colombiano. Para quienes deseen profundizar en esta lectura, pueden acceder al capítulo completo en La Nueva Prensa. Además, el libro, impreso por la Editorial Planeta, está disponible en librerías de todo el país.
En un artículo firmado por Alejandro Alzate, La Palabra resalta la intensidad emotiva y la rigurosa revisión archivística que Catalina Castro Blanchet ha plasmado en su libro. «Mi padre: Germán Castro Caycedo» es descrito como un texto que da a conocer el pensamiento de un hombre que hizo del periodismo un formidable instrumento para entender las gentes, la cultura, la idiosincrasia y los problemas de un país tan complejo y diverso como Colombia.
El artículo comienza rememorando la significativa contribución de Germán Castro Caycedo al periodismo colombiano, desde su inicio en El Tiempo hasta sus múltiples libros y programas de televisión que marcaron la narrativa del país. Se destaca especialmente su obra «Colombia Amarga» (1976), que consolidó su interés en entender la violencia y las condiciones históricas y políticas que han afectado a Colombia desde sus inicios como república.
El Legado de Germán Castro Caycedo
La Palabra hace un recorrido por los títulos más emblemáticos de Germán Castro Caycedo, como «Perdido en el Amazonas» (1978), «Mi alma se la dejo al diablo» (1982), «El Karina» (1985), «El hueco» (1989) y «Operación Pablo Escobar» (2012), entre muchos otros. En cada uno de ellos, se observa el propósito fundamental de testimoniar los hechos que han marcado la historia nacional, reflejando tanto la tragedia como la esperanza.
El artículo también subraya los diecinueve premios nacionales e internacionales que Germán Castro Caycedo recibió a lo largo de su carrera, destacando su compromiso con el periodismo independiente y su método único de trabajo.
Un Homenaje Íntimo y Literario
Catalina Castro Blanchet ha logrado crear un libro que mezcla el diálogo y la escritura casi confesional con licencias de ficción y biografía novelada. Este enfoque permite conocer a Germán Castro Caycedo en sus facetas más íntimas y coloquiales. La primera parte del libro, «Juventud y vocación», es especialmente destacada por mostrar la humanidad y la pulcritud del trabajo del periodista.
La Palabra cita una reflexión de Germán sobre el estilo periodístico: «La belleza de un texto, su lado profundo, no está en la cantidad de adjetivos que integres. El poder de la escritura viene del fondo. Tu capacidad de contar es hacer sentir los lugares y las situaciones. Para eso no necesitas adjetivos». Este purismo en el oficio es una de las marcas distintivas del legado de Germán Castro Caycedo.
Reflexiones y Metodologías
El artículo de La Palabra resalta la convicción de Germán Castro Caycedo en torno a la vocación de escritor y su enfoque riguroso en la narración de no ficción. Germán aseguraba que «para narrar no ficción el cronista debe ajustarse a la realidad. La imaginación se emplea en la planificación de la investigación».
Catalina Castro Blanchet ha capturado este espíritu en su libro, ofreciendo una obra que no solo homenajea a su padre, sino que también ofrece una guía valiosa para las nuevas generaciones de periodistas. La técnica y la pasión de Germán son presentadas con una claridad y profundidad que permiten al lector entender la magnitud de su contribución al periodismo colombiano.
«Mi padre: Germán Castro Caycedo» es una obra que, según La Palabra, merece ser leída no solo por aquellos interesados en la vida y obra de Germán Castro Caycedo, sino también por todos los que buscan comprender mejor la realidad colombiana a través de los ojos de uno de sus cronistas más destacados. La combinación de memoria personal y análisis periodístico hacen de este libro una lectura imprescindible para entender la historia y el legado de Germán Castro Caycedo.
Para más detalles sobre esta reseña y otros contenidos, pueden visitar el artículo completo en La Palabra.
El retrato de un hombre que le dedicó su vida hasta el último aliento al periodismo. Tres años después de la muerte de Germán Castro Caycedo a causa de un cáncer, su hija Catalina reconstruyó su historia.
El 15 de julio de 2021, Colombia perdió a uno de sus más grandes periodistas, Germán Castro Caycedo. Ahora, su hija Catalina Castro Blanchet, quien reside en París, ha dado forma a la vida y obra de su padre en un libro titulado Mi padre: Germán Castro Caycedo. Este libro no solo es un homenaje a su legado como cronista, sino también un viaje personal a través de las vivencias compartidas entre padre e hija.
En una reciente entrevista con Noticias Caracol, Catalina habló sobre el proceso de creación del libro, mencionando cómo su padre participó en la selección de las crónicas que formarían parte de esta obra, prácticamente hasta sus últimos días. A pesar de las dificultades que su salud le impuso, Germán nunca dejó de lado su pasión por el periodismo, un compromiso que su hija ahora celebra en estas páginas.
Catalina compartió momentos profundamente emotivos de los últimos días de su padre, describiendo cómo, cuando Germán ya no podía hablar, desarrollaron un sistema de comunicación a través de apretones de manos para expresar el dolor, el amor, y la despedida en silencio. «Llegó un momento en que mi papá no podía hablar. Entonces yo percibía, en su mirada, dolor o tristeza. Le cogía la mano y le decía ‘si tienes dolor, apriétame, si me quieres, apriétame dos veces’ y yo hacía lo mismo. Llegó un momento en que él ya no podía apretar, pero me tenía la mano», compartió Catalina.
Además, Catalina resaltó la dedicación de su padre al trabajo, incluso en los momentos más difíciles. Ella describió cómo él se mantenía comprometido con su labor periodística, seleccionando y organizando las crónicas que aparecerían en el libro, demostrando así su amor por el oficio hasta el final.
El legado de Germán Castro Caycedo es amplio y complejo; fue un cronista que recorrió Colombia, entrevistó a grandes personajes, y retrató una realidad a menudo olvidada en sus 26 libros. Catalina también destacó cómo su padre valoraba la honestidad y la integridad, principios que guiarían su trabajo periodístico a lo largo de su vida.
Para aquellos interesados en conocer más sobre esta emotiva entrevista con Noticias Caracol, pueden ver el video completo a continuación:
En una conversación con 90 Minutos, Catalina Castro Blanchet, hija del recordado ‘Enviado Especial’, compartió reflexiones sobre su nuevo libro Mi padre, Germán Castro Caycedo. Más que una biografía convencional, este texto es un viaje íntimo y personal que explora las diversas facetas de su padre, desde su carácter multifacético hasta su profunda preocupación por la situación social en Colombia.
Durante la entrevista, Catalina revela que la idea de este libro fue un proyecto largo y significativo, que surgió de su deseo de preservar y compartir las historias y enseñanzas de su padre. Germán, quien siempre evitó hablar en primera persona o escribir sobre sí mismo, finalmente aceptó colaborar en 2019, lo que permitió que este libro se convirtiera en un testimonio conmovedor de su vida y legado.
Catalina también reflexiona sobre las conversaciones que mantenía con su padre sobre el país y las preocupaciones que lo acompañaban, en especial la falta de oportunidades y la educación en Colombia. Describe cómo estas inquietudes lo llevaron a convertirse en el periodista que conocemos, con una visión crítica y una sensibilidad única hacia las problemáticas sociales.
Catalina Castro Blanchet ha lanzado su libro «Mi padre: Germán Castro Caycedo», en honor a su padre, el renombrado periodista y escritor colombiano, justo tres años después de su fallecimiento. En una entrevista exclusiva con El Colombiano, Catalina comparte detalles íntimos y reflexivos sobre el proceso de creación de este homenaje literario.
Desde su nacimiento, Germán Castro Caycedo y Catalina mantuvieron una relación epistolar que se extendió hasta poco antes de su muerte. Estas cartas fueron fundamentales para este texto, actuando como hilo conductor narrativo. “La primera carta que mi padre me escribió fue una crónica sobre el día de mi nacimiento”, recuerda Catalina, añadiendo que estas fueron una pieza clave para comprender la vastedad de su obra periodística.
“Fue un trabajo de largo aliento porque lo primero fue convencer a mi papá de hacer este libro”, explicó la autora. A lo largo de cinco años, se dedicaron a la revisión de archivos y correspondencia, un proceso que se intensificó hasta 2021. “Cuando ya se fue, todo el proceso de escritura fue completamente en solitario”, añade Catalina, describiendo el esfuerzo titánico que implicó continuar el proyecto sin la presencia de su padre.
El libro no solo es un tributo a Germán Castro Caycedo como padre, sino también una exaltación de su método periodístico único. Catalina destaca: “Uno de los objetivos o el homenaje que en realidad le quiero hacer a mi padre, es que ese método, a través de este libro, llegue a las facultades para poder formar a las nuevas generaciones de periodistas”. Además, parte de las regalías del libro se destinarán a la Fundación para la Libertad de Prensa, reflejando uno de los valores fundamentales de Germán.
La investigación y escritura del libro también fueron un viaje emocional para Catalina. “A todos los hijos que han perdido un padre, también puede ser una historia que de cierta forma los puede acompañar en ese proceso de duelo”, señala Catalina, resaltando el poder catártico de la escritura en ese momento de impacto emocional
El proceso de investigación fue un reto significativo, como Catalina menciona: “La investigación y la revisión de archivo propiamente dicha duró cinco años, volviendo a leer todos sus libros para preparar con mi esposo preguntas muy puntuales”. Este trabajo no solo le permitió entender mejor el legado periodístico de su padre, sino también descubrir nuevas facetas de su vida y obra.
La resistencia inicial de Germán Castro Caycedo a escribir sus memorias se debió a su creencia de que “las memorias se escribían justo antes de morir y que un periodista nunca escribe en primera persona”. Sin embargo, Catalina y su esposo lograron convencerlo, resultando en un proyecto colaborativo que posteriormente Catalina continuó sola.
El libro también destaca el innovador enfoque de Germán en la televisión colombiana, especialmente con su programa «Enviado Especial». Catalina recuerda: “En 1976 decidió sacar las cámaras de televisión de los estudios de grabación… era todo un reto”. Este esfuerzo pionero es solo una de las muchas proezas que el libro explora, mostrando cómo Germán Castro Caycedo revolucionó el periodismo televisivo en Colombia.
Un legado que perdura
Catalina espera que el libro no solo perpetúe la memoria de su padre, sino que también sirva como un recurso educativo para futuras generaciones. “Es un método que se inventó él y que siempre lo aplicó a lo largo de su carrera. Pero me parece importante que la academia lo trabaje, lo investigue y que las nuevas generaciones de periodistas lo conozcan bien”, enfatizó.
‘Mi padre, Germán Castro Caycedo es más que un tributo filial; es un testimonio del impacto duradero de un periodista visionario y una invitación a explorar la relación única entre padre e hija. A través de este libro, Catalina Castro Blanchet no solo honra a su padre, sino que también perpetúa su legado, inspirando a futuros periodistas y lectores a adentrarse en el método y la pasión que definieron la vida de Germán Castro Caycedo.