Una entrevista que revela la verdad sobre el Palacio de Justicia y la responsabilidad del Estado.

Una entrevista que revela la verdad sobre el Palacio de Justicia y la responsabilidad del Estado.
Germán Castro Caycedo era categórico al expresar que su obra no era, en esencia, literatura. Por el contrario, afirmaba con contundencia que sus textos eran crónicas producto de su ejercicio periodístico y se ocupaba en señalar cuidadosamente cómo su escritura consistía en describir los lugares con precisión, acudiendo incluso a expertos en el color, espeleólogos, biólogos, etc., así como explicaba cómo transcribía cuidadosamente los testimonios de sus entrevistas con una grabadora de pedal, buscando ser fiel al testimonio como recurso principal y guía de tantas historias que escribió con rigor.
Sin embargo, esta postura que buscaba evidenciar la naturaleza de su obra y que se resumía en la frase “Ante todo, soy un periodista”, no pretendía implantar un muro infranqueable entre la crónica periodística y la ficción; por el contrario, se refería en sus últimos años a la literatura no ficción, que es una aproximación a la crónica literaria en el sentido de los recursos que, de alguna manera, sirven para crear cierta armonía característica en el género novelesco y que permite al lector navegar en la historia y, de alguna manera, atraparlo para mantener su atención en el desarrollo de la misma.
Es justamente esa capacidad de aprovechar la infinidad de recursos presentes en la lengua lo que admiraba de escritores como Juan Gabriel Vásquez, quien recientemente presentó su libro ‘Los nombres de Feliza’, obra que en palabras de Alfonso Carvajal, es un texto que es sorprendentemente cercano al periodismo:
“Juan Gabriel Vásquez escribe una crónica de largo aliento en ‘Los nombres de Feliza’, y con experticia en la técnica narrativa logra un híbrido más próximo al trabajo periodístico”, afirmó el poeta y escritor en su columna habitual del periódico El Tiempo.
Carvajal inició su columna destacando la clarividencia con la que Castro Caycedo hacía referencia al género y continuó resaltando cómo, con gran habilidad y virtuosismo, Vásquez hace de esta novela un ejemplo claro de cómo el periodismo puede convertirse en una referencia para la literatura, logrando una combinación magistral que seguramente tendría a Germán obsesionado con sus páginas por unas cuantas noches; justamente con uno de los autores que dejó en su mesa de noche cuando partió de este mundo.
La Facultad de Comunicación de la Universidad Santo Tomás rindió un sentido homenaje a Germán Castro Caycedo, destacando su legado literario y periodístico en una serie de seis capítulos en video. Este tributo celebra su capacidad única para retratar la realidad colombiana y reconstruir la identidad cultural del país a través de sus crónicas y libros más representativos.
Cada capítulo explora una obra icónica del autor, resaltando los temas y enfoques que marcaron su trayectoria profesional y literaria. A continuación, te invitamos a sumergirte en este recorrido por sus creaciones más emblemáticas, con videos que reconstruyen su impacto y legado.
Este especial comienza con Colombia amarga, una obra que destapa las historias de una Colombia olvidada y golpeada por las desigualdades. Este libro, construido a partir de crónicas escritas durante su ejercicio en el diario El Tiempo, recorre regiones como el Guaviare, Quindío y Nariño, revelando una amarga realidad.
El Karina relata la historia de un barco cargado con armas que marcó uno de los episodios más polémicos del conflicto colombiano. Este capítulo explora cómo Germán Castro Caycedo combinó investigación y narrativa para ofrecer una mirada exhaustiva sobre los acontecimientos que rodearon a esta embarcación, desde sus protagonistas hasta las complejas operaciones involucradas.
Este video revive El Palacio sin máscara, un libro que reconstruye los días de horror vividos durante la toma del Palacio de Justicia en 1985. A través de testimonios, documentos y grabaciones, Germán ofrece una narrativa cruda y precisa que se convierte en un testimonio de memoria histórica para el país.
En este capítulo, se analiza el enfoque de Germán Castro Caycedo sobre el narcotráfico, abordado desde reportajes como La Marimba y su libro Nuestra guerra ajena. Estas obras destacan el impacto social y ambiental del narcotráfico en Colombia, así como las dinámicas internacionales que rodean este fenómeno.
En el capítulo final, se analiza Nuestra guerra ajena, un libro que destapa las implicaciones geopolíticas detrás del narcotráfico en Colombia, revelando intereses ocultos en las reservas de agua dulce de Suramérica. Germán Castro Caycedo desenmascara cómo estas dinámicas internacionales impactan a Colombia, mostrando una visión que trasciende las fronteras del país y conecta los problemas locales con agendas globales.
El homenaje culmina con Huellas, un libro que mezcla crónicas de viaje con reflexiones sobre las culturas que Germán Castro Caycedo encontró en su recorrido por el mundo. Desde Siberia hasta el Darién, esta obra es una celebración de la diversidad y las historias humanas que dejan una marca imborrable.
Esta serie de seis videos representa un homenaje nutrido a la vida y obra de Germán Castro Caycedo, un autor que dedicó su carrera a explorar y documentar las complejidades de Colombia y el mundo. Cada obra, cargada de profundidad y compromiso, refleja su método único de narrar la verdad desde el lugar de los hechos.
En una reciente entrevista con la revista Diners, Catalina Castro Blanchet compartió el proceso detrás de la creación de su libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, publicado en 2024. En esta obra, Catalina rinde un sentido homenaje a su padre, el renombrado cronista colombiano, compartiendo anécdotas, memorias y reflexiones sobre su legado y su impacto en el periodismo nacional. A continuación, reproducimos parte de la entrevista con Catalina, quien nos brinda una mirada íntima sobre la investigación y la escritura de esta significativa obra.
DINERS: Este libro viene gestionándose hace muchísimos años. ¿Cómo surgió la idea?
Catalina Castro Blanchet (CCB): Este libro lleva gestionándose desde hace más de 10 años, aproximadamente desde 2010 o 2012. La idea surgió por mi esposo, que es francés, quien comenzó a amar este país a través de las historias de mi papá. Sentarse a hablar con mi papá era descubrir el país de una forma diferente, y las historias detrás de las historias eran hipnotizantes. Mi esposo le sugería que escribiera algo así como sus memorias, pero durante muchos años mi papá no se decidía. En 2019, cuando publicó su último libro, Huellas, vi que era una ventanita abierta a ciertas anécdotas de su vida, y decidí proponerle que escribiéramos este libro a cuatro manos. Finalmente, mi papá aceptó y comenzamos la investigación juntos, pero en 2021 él falleció y quedé yo con una promesa por cumplir.
DINERS: ¿Cómo fue el proceso de trabajo con Germán Castro Caycedo?
CCB: La investigación fue una prolongación de nuestra relación padre-hija. Desde niña estuve involucrada en su trabajo, ya que siempre nos mantenía informadas en casa. Mi mamá también estaba muy involucrada; ella era su correctora. Este proyecto fue adentrarse más profundamente en su trabajo. Mi papá me hablaba de una crónica, yo la leía y eso me llevaba a otra. En algún momento me dijo: “Me das la oportunidad de darme cuenta de cuánto he hecho”. Para la escritura estaba yo, aunque no soy escritora. Me dejó con ese reto enorme, pero fue un proceso muy especial.
DINERS: ¿Cómo fueron esos años después de su partida?
CCB: Fueron muy duros. Pasar de un relato en tercera persona a uno en el que debía involucrar el «yo» fue un reto enorme. Ese «yo» era un arquitecto en duelo que necesitaba encontrar su voz legítima. Pasé ocho meses buscando una estructura que me permitiera reunir todo, y finalmente opté por una secuencia rota con un hilo conductor: la última semana de mi padre. Desde ahí pude vincular nuestra relación, sus análisis, su trabajo y mi proceso de duelo.
DINERS: Durante estos años de trabajo, ¿hubo algo que te sorprendió?
CCB: Me sorprendió la magnitud del trabajo heroico de mi papá. Mantener su independencia en un país como Colombia es admirable. Nunca pisó una facultad de periodismo o de comunicación, pero sí cursó dos semestres de antropología para entender las nueve naciones culturales colombianas. Inventó su propia metodología, siempre abordando los hechos desde el lugar donde ocurrían, dándole voz a todos, desde el campesino hasta figuras como Pablo Escobar o Tirofijo. Fue un trabajo monumental.
DINERS: ¿Hay alguna historia que te haya conmovido en especial?
CCB: Muchas de las historias ya las conocía, pero durante el proceso de escritura, en medio de mi duelo, fue hermoso reencontrarme con los recuerdos. Escribir el libro fue como volver a viajar por Colombia junto a mi padre. Recordar cuando viajé al Amazonas por primera vez o los encuentros con juglares en la costa, todo fue un viaje por mi memoria y sus crónicas.
DINERS: ¿Cómo era Germán Castro Caycedo como padre?
CCB: Para mí siempre fueron la misma persona. Germán Castro Caycedo era periodista las 24 horas del día, pero también fue un padre excepcional. Tuvimos una relación muy especial, con una comunicación muy fuerte, tanto en lo escrito como en los silencios. Mi padre siempre me dio total libertad de pensamiento y me acompañó celebrando cada logro de mi vida.
DINERS: Cuéntanos sobre la fotografía de la portada.
CCB: La fotografía fue tomada por Carlos Caicedo, un fotógrafo que conoció a mi papá mientras trabajaba en El Tiempo. La foto fue tomada al final de la escritura de El Hueco, y en ella estamos mi papá y yo en su estudio, rodeados de los objetos y amuletos que recogió durante sus viajes por todo el país.
Mira el video de la entrevista aquí:
La arquitecta bogotana, Catalina Castro Blanchet, quien recientemente presentó su libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, conversó con Diners y compartió una selección de los cinco libros imprescindibles en su biblioteca personal. Estos textos, diversos en temática y estilo, revelan las influencias que han marcado su vida y su formación, tanto en lo personal como en lo profesional.
En el encuentro, realizado en la librería La Verbena de Bogotá, Catalina expuso cómo estos libros han influido en su manera de ver el mundo y abordar su trabajo, tanto en la arquitectura como en la escritura. A continuación, los títulos recomendados por la hija del legendario cronista colombiano.
Este ensayo profundo la llevó a comprender la poesía de Baudelaire. En palabras de Catalina, «es una lúcida explicación de la obra de Baudelaire, entre polos opuestos que diagraman un círculo». Al leerlo, Catalina reflexiona sobre las dicotomías entre el ideal y la caída, el ascenso moral y la melancolía, elementos que son fundamentales para entender la naturaleza poética de poeta francés.
Esta novela, ambientada en la Nueva York de los años veinte, narra la lucha entre dos arquitectos que representan ideales opuestos. Catalina destaca cómo Rand aborda la lucha entre lo auténtico y las apariencias, una dicotomía que también marca las relaciones humanas dentro del relato. “El amor aquí es una fuerza destructiva o un manantial de redención”, comenta Catalina, resaltando las similitudes con sus propias reflexiones sobre las relaciones y la autenticidad en la creación.
Un texto que le resultó motivante mientras escribía su libro sobre Germán Castro Caycedo. Catalina cuenta que Murakami, al igual que ella, utilizaba la disciplina y la resistencia no solo para correr, sino para enfrentar los desafíos de la escritura. «Este libro me dio explicaciones a muchas preguntas sobre el ejercicio de escribir», comparte Catalina, subrayando la conexión entre su proceso creativo y el enfoque disciplinado del autor japonés.
Este texto de Mutis es para Catalina el compendio del lirismo y la carga simbólica que caracteriza al autor. “Es la triste historia de un querer transitorio, del naufragio del carguero y del amor», señala Catalina, quien describe la obra como un viaje a través de paisajes y recuerdos que se siente como una experiencia cinematográfica.
Una obra que le permitió tener profundas conversaciones con su padre sobre el destino y la libertad. Germán Castro Caycedo describió a Carmen como un símbolo del desafío entre el toro y el torero, entre la transgresión y la fatalidad. «Carmen es la figura arquetípica de la pasión romántica, es la rebelión contra las leyes sociales y su belleza infringe los códigos de la época», recordó Catalina, reflejando la influencia de esta obra en su vida personal y en sus conversaciones con su padre.
Este es un acercamiento a las influencias de Catalina Castro Blanchet, una mujer marcada por la profundidad de los textos que la han acompañado y las conversaciones que emergieron de estos libros con su padre, Germán Castro Caycedo.
Lea la entrevista completa en Diners: Aquí
En una emotiva entrevista en el programa ‘A vivir que son dos días’ de Caracol Radio, Catalina Castro Blanchet presentó su libro «Mi padre, Germán Castro Caycedo». Esta obra inicia con una carta que el periodista escribió a su hija y culmina con una carta de la escritora a su padre, cerrando un ciclo de amor y respeto profundo.
Catalina explicó a los presentadores Andrés López y Heisel Mora que la elaboración del libro fue un proceso de duelo tras el fallecimiento de su padre. «Este trabajo profundo de estudio y revisión de archivos me permitió conocer aún más a mi padre», manifestó Catalina. La autora destacó la importancia de su madre en este proceso, tal como lo fue para Germán Castro Caycedo en su carrera. «Este regalo y esta promesa que le hice a mi papá también es un homenaje para ella, porque detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer», resaltó.
Catalina concluyó la entrevista mencionando que el libro finaliza con una carta dirigida a su padre, asegurando que su legado «perdurará para siempre».
La Feria Internacional del Libro de Bogotá, fue siempre una oportunidad para el encuentro de Germán Castro Caycedo con sus lectores. Hace tres años que no se repiten las filas de seguidores y las conversaciones que pedían detalles de los viajes por territorios recónditos que emprendió para convertir noticias en historias fascinantes. Tres años sin su presencia física, persistiendo en exponer temas que trascienden las décadas: la minería, el narcotráfico y su guerra fracasada, la pobreza rural, la violencia que surge en el terreno fértil de un Estado ausente, la contaminación ambiental producida por las grandes corporaciones mineras e industriales. Germán, como lo determina una especie de ley incontrovertible de la vida del escritor, también era un lector consagrado y, en razón de la FILBo2024, en esta nota queremos hablar de sus preferencias y las recomendaciones literarias que compartía con su entorno.
Castro Caycedo, además de haber vivido con una gran curiosidad por los fenómenos antropológicos y sociológicos, también era un lector empedernido. Sus lecturas pasaban por la ya mencionada antropología, la política, la historia, el infaltable periodismo, y también la literatura. Su curiosidad infinita parecía no dar lugar a la hiperespecialidad en lo que respecta a los libros, sino que, por el contrario, impulsaba una obsesión por indagar de manera detallada en el fenómeno humano.
Resulta necesario explicar el tránsito de las teorías sobre el comportamiento del hombre y sus costumbres al periodismo y, por qué no, a la literatura; siendo esta para él un recurso de valor técnico, además de la entretención y la riqueza cultural que se obtienen al practicarla. Esto, como un paso necesario para llegar al objetivo de esta nota que son los títulos recomendados por nuestro personaje.
Empezamos por hacer énfasis en una afirmación reiterada por el mismo escritor: «soy, ante todo, un periodista». A partir de esta, llegamos al relato en el formato periodístico de la crónica y el reportaje, hábilmente – según sus propias palabras – montado sobre la estructura de la novela; incluyendo elementos de ambos estilos. Es así como se sostiene un género en sí mismo, su estilo: la narrativa no ficción.
«Tomemos el último libro «Mi alma se la dejo al diablo». La historia resumida: apareció el cadáver de un hombre en la selva, o mejor, un esqueleto y una biblia al lado. Yo saqué eso de un periódico, una noticia por allá escondida a una columna. Entonces, simplemente me fui y comencé a desenredar la madeja, hablé uno por uno con los 28 ó 29 personajes que habían tenido que ver con esa historia, además hablé con muchas personas. Una vez tuve los relatos, los monté sobre un chasis, es decir, me robé la estructura de la técnica de la novela. Cogí elementos como el diálogo, el manejo del tiempo, el factor sorpresa y me valí de lo que se llama una secuencia rota, porque eran dos historias que tenían que cruzarse. Son relatos de muchas personas montadas sobre eso, con un ritmo y una cronología que le dan forma al relato».
Respuesta en entrevista concedida al periódico ‘Juventud Trabajadora’ en 1984.
Vamos a obtener, a partir de esta explicación, las recomendaciones de un periodista. Un observador que valora las habilidades de una buena pluma, la narrativa y la capacidad de enganchar al lector, una obstinación de los escritores que hasta el mismo García Márquez ha revelado sin temor. También los textos que un periodista considera imprescindibles para comprender el comportamiento humano, la historia universal y la narrativa, especialmente representada en escritores connacionales.
Es importante destacar que, para Castro Caycedo, el realismo y la “no ficción” se convirtieron en elementos fundamentales de su obra, precisamente por su cercanía con los formatos periodísticos. Un compromiso vocacional que mantuvo hasta sus últimos días.
«Desde que Truman Capote comenzó a incursionar en lo que llamó la novela verídica por allá en el año sesenta y tantos, yo he visto que el público quiere saber que Pedro Rodríguez murió en Pacho (Cundinamarca) el 25 de abril de 1979 y no que Pedro Rodríguez murió en la página 69. La gente quiere que le digan qué está pasando, quiere el testimonio.
Para no ir muy lejos, la hija mía tiene seis años y medio, yo converso mucho con ella y siempre le cuento cosas, también le cuento cuentos. Siempre, antes de comenzar cualquier relato, me dice tres y cuatro veces: “¿eso es verdad o es un cuento tuyo?». Tan pronto le digo esto sucedió y es verídico, inmediatamente se para en un punto de escucha muy específico, es como si se comprometiera con el relato. Yo creo que eso le está pasando a la gente hoy en el mundo».
Respuesta en entrevista concedida al periódico ‘Juventud Trabajadora’ en 1984.
Catalina Castro Moreno, hija de Germán Castro Caycedo, conversó con Canal 13 sobre las obras de su padre llevadas a la televisión. En la entrevista, se refirió al legado de su padre, en su estilo y método, además de las obras más emblemáticas para sus lectores.
Fuente: Cromos
El reconocido escritor falleció este 15 de julio. Aquí repasamos su trayectoria y las cinco obras que debes leer.
Este 15 de julio, Gloria Moreno, esposa del escritor, confirmó la muerte de Germán Castro Caycedo. El escritor y cronista nació en Zipaquirá el 3 de marzo de 1940 y recibió varias distinciones a lo largo de su vida por su inmensa obra textual.
En total, el periodista y escritor recibió once premios nacionales de periodismo y ocho internacionales. Entre ellos destaca el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (1976), el Premio América Latina SIP Mergenthaler (1974), el Premio Rodolfo Walsh al mejor libro de no ficción por su texto “El Karina” (1999), entre muchos otros.
Castro trabajó en medios como El Tiempo y estuvo en la productora de televisión RTI en donde creó el programa “Enviado Especial”. Su labor como cronista fue de gran contribución para el país. Además, la publicación de sus obras de no ficción, que se caracterizan por narrar la realidad nacional y mundial de una forma que atrapa al lector, lo consolidaron como uno de los más afamados autores de Colombia.
Para conmemorar su obra y vida, hemos reunido cinco de sus libros para que te conectes con su única forma de escribir. Al final encontrarás una lista de otras de sus publicaciones para que disfrutes de su increíble forma de escribir.
La primera edición de este texto fue publicada en 1985 en Colombia. El texto habla de la extinta guerrilla del M-19 y cuenta la experiencia de tres guerrilleros y un buque que transportaba armas para el grupo.
De acuerdo con la página web de Castro, el libro fue traducido a nueve idiomas y recibió el premio Rodolfo Wlash a mejor publicación de no ficción publicada en España en 1999.
Tal vez uno de los libros más conocidos de Castro. Esta historia fue publicada en 1994 y se centra en el presidente de la República, un narcotraficante y una hechicera. Hasta el momento, la obra ya va en la edición número 20.
Este libro reúne crónicas de diferentes partes de Colombia. De la Guajira a la Amazonía y del Caribe a la Serranía del Baudó. Este libro ya tiene 154 ediciones, desde que fue publicado en 1976.
El conflicto armado en Colombia y la lucha contra el narcotráfico, especialmente de la cocaína, se convierten en pretextos para que diferentes agentes de la guerra se tomen la Amazonía. Todo esto se produce mientras el mundo se enfrenta a una crisis de agua dulce. El libro fue publicado en 2001.
Fue publicado en 2005 y relata las historias de cinco jóvenes que quedan atrapado en una caverna y sobreviven. Un desterrado que huye a la Amazonía, una antropóloga joven que se pierde en las montañas de los Andes y una mujer que es fusilada. Todos estos personajes tienen en común que viven experiencias cercanas a la muerte, pero sobreviven water bouncy castle.
Otras obras de Germán Castro Caycedo
– Perdido en el Amazonas (1978)
– Mi alma se la dejo al diablo (1982)
– El hueco (1988)
– El Alcaraván (1996)
– Hágase tu voluntad (1999)
– Sin tregua (2003)
– Más allá de la noche (2004)
– El palacio sin máscara (2008)
– Operación Pablo Escobar (2012)
– Nuestra guerra ajena (2014)
– Una verdad oscura (2017)
– Huellas (2019)
Fuente: Portafolio
A lo largo de medio siglo escribió numerosos libros que hoy son referente para el periodismo. Filbo prepara homenaje por los 40 años de “El Karina.
Entre los años 70’s y 80’s, una de las figuras más sobresalientes del periodismo y la literatura colombiana era Germán Castro Caycedo, solo superado por Gabriel García Márquez, a quién, de hecho, le hizo una icónica entrevista tras obtener el Nobel.
Sus libros se vendían como “arroz” y sus proyectos periodísticos en prensa y televisión eran seguidos y admirados por los colombianos.
Y es que Germán Castro Caycedo, quien falleció este jueves a los 81 años, fue un testigo excepcional de la realidad y los conflictos colombianos, que plasmó en magníficas crónicas y numerosos libros publicados a lo largo de medio siglo.
Se hizo conocido entre los colombianos desde mediados de los 70, cuando publicó su primer libro, “Colombia amarga” (Planeta), que se convirtió en todo un éxito editorial y punto de partida de una prolija carrera literaria.
En “Colombia amarga”, publicado en 1976, el escritor y periodista nacido el 3 de marzo de 1940 en la localidad de Zipaquirá, a 50 kilómetros de Bogotá, recopiló sus primeras crónicas sobre un mal endémico del país, la violencia que ha marcado todos los periodos de la historia nacional.
OTRA MIRADA AL PAÍS
Desde muy joven mostró una pasión por el periodismo, en especial para contar historias, que lo llevó a convertirse en un referente nacional y en campeón de ventas por libros en los que además de la violencia retrató el país a partir de historias de las guerrillas, del narcotráfico, el espionaje policial e incluso de las leyendas populares.
“Fue, por supuesto, un gran periodista, un gran autor, combativo y lúcido, pero lo que a mí más me impresionó siempre fue su generosidad”, lamentó el escritor Ricardo Silva Romero.
En su juventud, Castro Caycedo pasó por varios medios colombianos y su gran salto lo dio al ingresar en 1967 al diario El Tiempo, donde durante diez años mostró esa faceta de cronista, investigador y reportero inmerso en las tragedias de la Colombia profunda que plasmó en sus escritos.
“Las crónicas, reportajes e investigaciones que Germán Castro Caycedo escribió durante 10 años de su vida en El Tiempo han sido referente para varias generaciones de este diario y del periodismo del país. Se va un periodista gigante», recordó el director de ese diario, Andrés Mompotes, en un mensaje en Twitter.
PIONERO EN PERIODISMO DE DENUNCIA
La sensibilidad para escribir historias la llevó también a la televisión en 1976 cuando creó el programa «Enviado Especial» que sacó al periodismo de los estudios a las calles y que se mantuvo en el aire durante 16 años con el foco puesto en investigaciones en profundidad y de denuncia.
«Fuimos los primeros que nos echamos una cámara de cine al hombro y nos fuimos a recorrer todo el país, todo yo creo que lo recorrimos; después nos inventamos el periodismo investigativo en televisión, después la denuncia y en esa etapa nos metimos en mucho tema tabú», recordó hace muchos años en una entrevista con el también periodista Bernardo Hoyos.
Su olfato periodístico lo llevó a hacer en esos años las primeras denuncias de problemas que actualmente siguen ocupando espacio en los medios, como la industria de los agroquímicos y los plaguicidas o la contaminación de los ríos, y fue también pionero al tocar el tema del sida en la televisión con un reportaje con un enfermo en los años 80.
MAESTRO DE LA LITERATURA
Al compaginar el periodismo investigativo con la literatura, Castro Caycedo escribió algunos de los mejores libros de no ficción basados en grandes historias que recogió en sus viajes por el país, como «Perdido en el Amazonas» (1978), o «Mi alma se la dejo al diablo» (1982), sobre el hallazgo del esqueleto de un hombre que murió abandonado en las selvas de El Yarí.
Uno de sus mayores éxitos fue «El Karina» (1985), nombre de un barco comprado en Hamburgo (Alemania), que fue hundido por la Armada colombiana en el océano Pacífico cargado con armas para la guerrilla del M-19.
El drama de la migración ilegal de colombianos hacia Estados Unidos también lo llevó a la literatura con «El hueco» (1989), y en años más recientes exploró otros aspectos del conflicto armado colombiano con obras como «El Palacio sin máscara» (2008), sobre la toma guerrillera del Palacio de Justicia en Bogotá en 1985.
La minuciosa tarea de los servicios de inteligencia colombianos y el espionaje moderno en la lucha contra guerrilleros y narcotraficantes la convirtió en un apasionante relato de crónicas llamado «Objetivo 4» (2010), que se convirtió en súperventas.
«Casi el 90 por ciento de mis libros han salido a partir de titulares de diarios toro meccanico prezzo. La vida es muy dinámica en Colombia», afirmó en una entrevista con Efe en aquel año sobre su preferencia por la no ficción.
El último de los 23 libros que publicó fue «Huellas» (2019), una compilación de crónicas escritas durante toda su vida, algunas de ellas inéditas. En su dilatada carrera, Castro Caycedo cosechó numerosos reconocimientos a su obra, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en varias ocasiones, incluido el Premio a la Vida y Obra de un Periodista (2015), así como el Prix Futura en Alemania (1997); el Mergenthaler-América Latina (1998), y en 2005 el Premio de Periodismo Planeta por su obra «Que la muerte espere».
Para este año, justamente, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), que se llevará a cabo del 6 al 22 de agosto de manera virtual con Suecia como país invitado de honor, se celebrarán los cuarenta años de «El Karina».