Un intercambio literario: Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada sobre la «arquitectura textual» de Mi padre, Germán Castro Caycedo

Un intercambio literario: Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada sobre la «arquitectura textual» de Mi padre, Germán Castro Caycedo

En un diálogo epistolar lleno de nostalgia y admiración, Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada reflexionan sobre la obra Mi padre, Germán Castro Caycedo, destacando la profunda conexión entre la arquitectura y la escritura que permea esta biografía.

El 3 de agosto de 2024, la revista Cromos publicó una carta conmovedora escrita por Álvaro Castillo Granada, dirigida a Catalina Castro Blanchet. En esta misiva, Castillo Granada, un querido amigo de la familia Castro y reconocido librero, relata su experiencia al lee la biografía que Catalina dedicó a su padre, uno de los más grandes cronistas de Colombia.

Castillo Granada, que conoció a Catalina desde su niñez y fue testigo del desarrollo de su vocación literaria, no solo elogia la estructura del libro sino que también reflexiona sobre cómo Catalina ha logrado construir una «arquitectura textual» que fusiona de manera magistral la vida y el legado de su padre con sus propias vivencias y sentimientos.

Catalina, en su respuesta, revela cómo la impactaron las palabras de Álvaro, reconociendo su influencia en su formación literaria desde sus primeros encuentros con la poesía. Ella menciona cómo este libro no solo es un tributo a su padre sino también una realización personal que surge de la simbiosis entre su amor por la arquitectura y la escritura.

A continuación, la versión completa de este intercambio:


Una arquitectura textual

Acabo de terminar la última página, la 711, de un libro que llevaba varios años esperando: Mi padre, Germán Castro Caycedo, de Catalina Castro Blanchet.

   Gloria Moreno, su madre (quien me dio la oportunidad de empezar en mi oficio de librero hace ya casi 36 años), me lo venía anunciando: “Catalina está escribiendo un libro sobre Germán… Si vieras la belleza… Estoy asombrada…”.

   No alcanzaba a imaginármela. La conocí cuando tenía 11 años. Era una niña inquieta y tímida, fascinada con la gimnasia, a la que recuerdo cuando iba de visita a la librería Enviado Especial Libros, propiedad de su madre, y nos sentábamos, a veces, en el banco que nos servía de escalera, a leer cuentos o a contarnos historias. Después se fue transformando en una joven que decidió seguir su vocación desde muy rápido: la arquitectura. No creo, ahora que lo pienso, haberle oído hablar de otra profesión para su vida.

   La última vez que la vi fue hace más de veinte años. Veo el sitio exacto: Merlín, un café en el barrio La Macarena. Yo iba a hacer una visita. Pasé frente a una ventana y la vi sentada. Le hice señas. Nos saludamos.

   No he dejado de saber de su vida gracias a los suyos. Esa niña se ha transformado en una mujer talentosa. Profesional y madre.

   Y ahora, para mi sorpresa y asombro, escritora.

   Cerré el libro y me quedé pensando sin salir de mi deslumbramiento: ¿Cómo pudo escribir una historia tan vasta, entrañable y compleja como esta sin caer en el facilismo de la sensiblería o el afán de protagonismo? ¿Cómo contar la historia de su padre, que es al mismo tiempo, la historia de casi los últimos sesenta años de este país? ¿Cómo no avasallarse ante el personaje, el cúmulo de información y descubrimientos que fueron llegando después de su partida?

   En la página 607 encontré una de las claves: “Escribir esta parte del libro representó para mí un triple desafío: primero, intentar entender y explicar con precisión episodios claves del conflicto armado colombiano, en aras de contextualizar las luchas de mi papá, que, como a pocos, le cabía todo el país en la cabeza. Segundo, escoger qué fragmentos de su trabajo abordar, pues dedicó toda su vida profesional a recorrerlo y entenderlo y, al mismo tiempo, darles una forma coherente que equilibrara sus experiencias personales con el contexto histórico, que me imponía una visión más cronológica. Pero quizás lo más desafiante fue entretejer esta tarea con la de narrar sus últimos días. El deber y el sentimiento se debatieron en cada línea”.

   La otra clave es la siguiente: sólo una arquitecta podría armarla. Alguien capaz de mirar las partes y el todo, a través de las ventanas de lo público y lo privado. De la intimidad. De lo que “se preserva para uno mismo” y se decide, gracias a una estructura dramática, dejar ver a los demás. Una “arquitectura textual” (como le gusta decir a Hernando Cabarcas).    

   Partiendo de la reconstrucción de los últimos días de su padre, irse adentrando en las habitaciones de su vida, abriendo puerta tras puerta, para dejarnos ver el retrato de un hombre para el que “el mayor sentimiento de libertad no es poder recorrer parte del mundo ni intentar vivirlo intensamente cada vez que me asomo a culturas diferentes a la mía, sino tener la oportunidad de describirlo”.

   Escrito, además, con una sobriedad absoluta. Y una capacidad de reflexión, sugerencia y síntesis que me hace pensar en una vena poética que debe habitarla. No sé por qué creo que la lectura de Eliseo Diego (de quien recuerdo haberle hablado alguna vez hace casi treinta años y de quien trajo Nombrar las cosas, de una visita a Cuba) la ha respaldado y consolado en esta historia. No es posible escribir un libro como este sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

   Es un libro hondo y hermoso. Contado desde una memoria que extraña y descubre para encontrar, a través de la escritura, la posibilidad de cerrar una historia que debe ser contada desde adentro. Desde las habitaciones por donde transcurren nuestros días y desde las que salimos para encontrarnos con la aventura de estar en el mundo con nuestras palabras. Contar la historia de Germán Castro Caycedo para, habitado por ella, seguir contando la de Catalina Castro Blanchet que, desde ya, los lectores estamos esperando.

Álvaro Castillo Granada

Chapinero, Bogotá, 7 de julio de 2024


Ese otro que también me habita

Voy en una nave que me transporta a un mundo paralelo, un viejo y conocido universo que siempre he llevado en mí, pero que tan solo hoy se materializa. Atravieso el océano con tus palabras como compañía y retumban en mi alma desde anoche: son para mí el premio del gran jurado, “algo inmenso en mi corazón”, como me lo escribió mi padre algún día.

En mi edificación “literaria”, es decir en la estructura de una parte importante de mi ser, fuiste constructor sin ser arquitecto, una de las vértebras, quizás la médula, de mi columna vertebral. Eres, en definitiva, uno de esos seres que por fortuna la vida pone en el camino para erigir paso a paso nuestra esencia. Por eso, a pesar de que no nos vemos hace muchos años, estás siempre en mí, en ese otro que también me habita (como escribió Darío Jaramillo).

Esa niña de 11 años, apasionada por la gimnasia olímpica, que soñaba con ser arquitecta y que se enamoró de Baudelaire a sus 13, encontró, a través tuyo, el amor por la poesía y la literatura latinoamericanas. Por eso, no es gratuito que aquel poema de Eliseo Diego, a quien me introdujiste, y cuyo libro “usado” Nombrar las cosas (el que traje de Cuba para darle una segunda vida, o sabrá Dios en que reencarnación iría cuando cayó en mis manos), sea el preámbulo de este nuevo hijo que acaba de nacer. El temor al papel en blanco, nunca había tenido para mi tanto sentido, ni la poesía que llevo dentro hubiese encontrado mejor terreno que este viaje por la vida de mi padre y parte de la mía.  

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Desde que amé la poesía, la escritura estuvo en mí, porque allí sentados en ese “banco que nos servía de escalera” me llevaste a Diego, pero también a Neruda y sus preguntas, Paz y Benedetti, y también a Julius y al mundo de los cuentos de Bryce, o de Alejo Carpentier, Los cuentos peregrinos de tu Gabo o a Mutis y su Ultima escala del Tramp Steamer, sin duda dos de los libros que me hicieron amar esta literatura nuestra. En ese banco, decía, gracias a ti, repito, descubrí parte del mundo que hoy me define. Desde que abriste las puertas a ese universo de gotas negras sobre blanco, en mi intimidad, lleno cuadernos y cuadernos de frases, palabras, algunas veces acompañadas por dibujos, diarios y diarios como el de Frida (a mi escala claro), que también tu pusiste en mis manos. Esas aproximaciones a poesías, que guardé durante décadas, en efecto son el tímido poeta que llevo adentro. Pero un poeta que jamás pensó que la vida le regalaría la oportunidad de escribir, no solo para cumplir una promesa, sino también para ser leída por otros. Jamás imaginé que, al ser arquitecta, en vez de alejarme de la escritura, me acercaba a ella, así que gracias a tu hermosa analogía, ya estos dos seres que me habitan no se debaten sino que conviven. Hoy soy ese ser que ama la arquitectura, pero que fue capaz, sobre pasando todos los obstáculos y sus propias limitaciones, el duelo “y tantos descubrimientos póstumos”, de hacer una arquitectura textual, como me siento honrada que la llames, y más aún que la elogies.

Tus palabras son en extremo generosas, demasiado, tanto que no creo merecerlas a este punto. Pero tu estimulo me impulsa y me llena de alegría, por eso y por leerme y por haber construido ese otro que también me habita, te estaré eternamente agradecida.

Catalina Castro Blanchet

El Cielo, 8 de julio de 2024


Video embebido: (Aquí se incluirá el enlace o video correspondiente si aplica)

‘Libro: Mi padre, Germán Castro Caycedo’ – Una crítica en El Quindiano

‘Libro: Mi padre, Germán Castro Caycedo’ – Una crítica en El Quindiano

El Quindiano, publicó una extensa crítica sobre el libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por Catalina Castro Blanchet, que ofrece una profunda exploración del legado de uno de los periodistas más icónicos de Colombia. La crítica destaca cómo Catalina narra la vida de su padre, Germán Castro Caycedo, desde una perspectiva íntima y emotiva, brindando a los lectores una mirada personal a la vida y la carrera de un hombre que dedicó su existencia a contar las historias más complejas y olvidadas del país.

El artículo subraya cómo Germán Castro Caycedo, a lo largo de sesenta años, recorrió Colombia para documentar la realidad desde una óptica única, llevando sus crónicas desde las páginas de los periódicos hasta las pantallas de televisión. Su programa Enviado Especial es recordado por mostrar una Colombia profunda y diversa, mientras que sus veintiséis libros de no ficción han dejado una huella imborrable en el periodismo y la literatura del país.

Catalina, a través de su libro, no solo rinde homenaje a su padre, sino que también explora sus propios sentimientos y recuerdos, creando un relato que es tanto un testimonio de amor filial como un análisis riguroso de la vida y obra de Germán. El Quindiano resalta que esta obra es una celebración de la vida de un hombre que vivió con intensidad y ejerció el periodismo con una pasión inigualable.

Para leer la crítica completa en El Quindiano y abrirse a comprender mejor el impacto del legado de Germán Castro Caycedo en el periodismo colombiano, puede hacer click aquí.

Catalina Castro Blanchet en diálogo con Gustavo Nieto Huertas sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’.

Catalina Castro Blanchet en diálogo con Gustavo Nieto Huertas sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’.

En una emotiva entrevista con Gustavo Nieto Huertas en la sección ‘TVO Leyendo’ Noticias RCN, Catalina Castro Blanchet, hija del gran cronista colombiano, comparte detalles sobre el proceso de creación del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo y reflexiona sobre el impacto perdurable de su padre en el periodismo colombiano.

En una conversación que evoca recuerdos profundos y una conexión profesional y personal única, Catalina Castro Blanchet narra cómo surgió la idea de escribir el libro en colaboración con su padre. Germán, inicialmente reticente a la idea de contar su propia historia, finalmente accedió a trabajar junto a su hija en lo que sería una obra que no solo captura la esencia del gran periodista, sino también la relación íntima entre los dos.

Catalina relata cómo las conversaciones y el trabajo en conjunto con su padre revelaron la magnitud de su obra, quien, al mirar atrás, admitió con humildad y sorpresa: «Carajo, si es que he hecho mucho». Este reconocimiento se convierte en uno de los momentos más conmovedores del libro, que Gustavo Nieto describe como una verdadera «cátedra de periodismo puro y limpio».

La entrevista también profundiza en la importancia de la relación entre Germán y su esposa Gloria Moreno, a quien Catalina reconoce como una figura crucial en la vida y carrera de su padre. Según Catalina, él no habría llegado donde llegó sin el apoyo incondicional ella, quien no solo fue su compañera de vida, sino también su crítica literaria más rigurosa y su mayor aliada en la batalla por defender la libertad de expresión.

Al hablar sobre la realización del libro, Catalina destaca el papel fundamental de la Editorial Planeta y sus editores, quienes la apoyaron tanto en el aspecto literario como en su proceso personal de duelo. «Este libro no sería lo que es hoy sin ellos», asegura Catalina, subrayando la importancia de contar con un equipo que comprendiera y respetara la magnitud del proyecto.

Uno de los momentos más reveladores de la entrevista ocurre cuando Gustavo pregunta a Catalina sobre su libro favorito en la obra de su padre. Sin dudarlo, Catalina menciona El Cachalandrán Amarillo, una obra que, según dice, resuena profundamente por ser una colección de cuentos que le recuerdan las historias que su padre le contaba para ahuyentar sus miedos en la noche.

La entrevista concluye con una reflexión sobre el reto de seguir adelante sin Germán. Catalina afirma que, aunque ya no puede llamarlo ni tener esas conversaciones que tanto extraña, su padre sigue presente en cada aspecto de su vida. «Este libro es una manera de que no se vaya nunca», dice Catalina, dejando claro que el legado de Germán Castro Caycedo sigue vivo no solo en las páginas de su obra, sino también en el corazón de quienes lo conocieron y amaron.

Vea la entrevista completa aquí:

‘Una arquitectura textual’: columna de Álvaro Castillo en Cromos

‘Una arquitectura textual’: columna de Álvaro Castillo en Cromos

Acabo de terminar la última página, la 711, de un libro que llevaba varios años esperando: Mi padre, Germán Castro Caycedo, de Catalina Castro Blanchet.

Gloria Moreno, su madre, me lo venía anunciando: “Catalina está escribiendo un libro sobre Germán… Si vieras la belleza. Estoy asombrada”.

No alcanzaba a imaginármela. La conocí cuando tenía 11 años. Era una niña inquieta y tímida, fascinada con la gimnasia, a la que recuerdo cuando iba de visita a la librería Enviado Especial Libros, y nos sentábamos, a veces, en el banco que nos servía de escalera, a leer cuentos o a contarnos historias. Después se fue transformando en una joven que decidió seguir su vocación desde muy rápido: la arquitectura. No creo, ahora que lo pienso, haberle oído hablar de otra profesión para su vida.

Cerré el libro y me quedé pensando sin salir de mi deslumbramiento: ¿cómo pudo escribir una historia tan vasta, entrañable y compleja como esta sin caer en el facilismo de la sensiblería o el afán de protagonismo? ¿Cómo contar la historia de su padre que es, al mismo tiempo, la historia de casi los últimos 60 años de este país? ¿Cómo no avasallarse ante el personaje, el cúmulo de información y descubrimientos que fueron llegando después de su partida?

En la página 607 encontré una de las claves: “(…) un triple desafío: primero, intentar entender y explicar con precisión episodios claves del conflicto armado colombiano, en aras de contextualizar las luchas de mi papá, que, como a pocos, le cabía todo el país en la cabeza. Segundo, escoger qué fragmentos de su trabajo abordar, pues dedicó toda su vida profesional a recorrerlo y entenderlo y, al mismo tiempo, darles una forma coherente que equilibrara sus experiencias personales con el contexto histórico, que me imponía una visión más cronológica. Pero quizá lo más desafiante fue entretejer esta tarea con la de narrar sus últimos días”.

La otra clave es la siguiente: solo una arquitecta podría armarla. Alguien capaz de mirar las partes y el todo, a través de las ventanas de lo público y lo privado. De la intimidad. De lo que “se preserva para uno mismo” y se decide gracias a una estructura dramática, dejar ver a los demás. Una “arquitectura textual” (como le gusta decir a Hernando Cabarcas).

No es posible escribir un libro como este, sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

Álvaro Castillo

Partiendo de la reconstrucción de los últimos días de su padre, se va adentrando en las habitaciones de su vida, para dejarnos ver el retrato de un hombre para el que “el mayor sentimiento de libertad no es poder recorrer parte del mundo ni intentar vivirlo intensamente cada vez que me asomo a culturas diferentes a la mía, sino tener la oportunidad de describirlo”.

Escrito con una sobriedad absoluta, y una capacidad de reflexión, sugerencia y síntesis que me hace pensar en una vena poética que debe habitarla. No es posible escribir un libro como este, sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

Es un libro hondo y hermoso. Contado desde una memoria que extraña y descubre para encontrar, a través de la escritura, la posibilidad de cerrar una historia que debe ser contada desde adentro. Desde las habitaciones por donde transcurren nuestros días y desde las que salimos para encontrarnos con la aventura de estar en el mundo con nuestras palabras. Contar la historia de Germán Castro Caycedo para, habitado por ella, seguir contando la de Catalina Castro Blanchet que, desde ya, los lectores estamos esperando.

‘Germán Castro Caycedo es inmortalizado por su hija en una biografía’: Radiónica

‘Germán Castro Caycedo es inmortalizado por su hija en una biografía’: Radiónica

Radiónica ha publicado una entrevista imperdible con Catalina Castro Blanchet, donde nos revela los detalles más íntimos sobre la creación de su libro «Mi padre, Germán Castro Caycedo». En esta biografía, la autora no solo nos comparte la vida y legado de su padre, sino que también nos sumerge en un viaje personal lleno de emociones, recuerdos y una profunda admiración hacia nuestro recordado ‘Enviado Especial’.

En la entrevista, Catalina habla sobre cómo, desde muy joven, vivió con la constante preocupación por la desaparición de su padre debido a los riesgos inherentes a su profesión. Esta biografía, según ella, fue un proceso inevitable y necesario, una manera de lidiar con el miedo y la ansiedad de perderlo, y al mismo tiempo, una forma de preservar su legado.

Catalina comparte cómo este libro es el resultado de casi una década de trabajo, comenzando junto a Germán y culminando después de su fallecimiento en 2021. La obra combina recuerdos personales con la vasta experiencia periodística de Germán, logrando capturar la esencia de un hombre que, durante sesenta años, dedicó su vida a narrar las historias más complejas de Colombia.

«La Vida es un círculo»

Uno de los momentos más conmovedores que Catalina comparte en la entrevista es cuando lee un fragmento del libro: «La vida es un círculo. Sí, papá: un alacrán que se muerde la cola. Escribiste mi nacimiento, mi matrimonio y los nacimientos de mis hijas. Ahora yo debo cerrar el círculo y relatar tu muerte para perpetuar tu vida». Este fragmento encapsula la relación profunda y el compromiso de Catalina de mantener vivo el legado de su padre.

Para conocer más detalles sobre esta obra y las reflexiones de Catalina, te invitamos a leer la entrevista completa en Radiónica y ver el video de la entrevista.

Esta biografía además de ser una exaltación de un legado y un método que el mismo escritor y periodista se propuso divulgar, es también una ventana hacia el corazón de una hija que encontró en la escritura una manera de mantener viva la memoria de su padre.

¿Fue Germán Castro Caycedo el mejor cronista de su época?: entrevista en Casa Macondo

¿Fue Germán Castro Caycedo el mejor cronista de su época?: entrevista en Casa Macondo

En Casa Macondo, Catalina Castro Blanchet habló recientemente sobre su libro Mi padre: Germán Castro Caycedo, en una entrevista que invita a explorar el legado de uno de los periodistas más influyentes de Colombia. A través de esta conversación, la autora comparte detalles sobre cómo su padre marcó una época con su estilo único de narrar la realidad colombiana.

Además, recordó cómo, desde los primeros años en El Tiempo, comenzó a desarrollar un estilo de crónica que lo llevó a ser considerado el mejor de su tiempo. La entrevista revela anécdotas como la de Hernando Santos Castillo, quien lo impulsó a dejar la sección de deportes para dedicarse por completo a las crónicas. Este momento definió el rumbo de su carrera y lo llevó a contar historias desde los rincones más remotos de Colombia, abordando temas que el periodismo solía ignorar en las ciudades.

Revolucionando la Televisión Colombiana

La escritora también se refirió el impacto de su padre en la televisión con el programa Enviado Especial. Este espacio fue pionero en llevar las cámaras a lugares aparentemente inaccesibles del país, rompiendo con los moldes tradicionales del periodismo televisivo. Germán fue el primero en hacer crónicas que mostraban la verdadera Colombia, la que vivía lejos de las ciudades y que enfrentaba realidades complejas y, a menudo, ignoradas.

La Transición a la Literatura

La entrevista también abarca el regreso de Germán a la escritura, una vez que decidió dejar la televisión. Castro Blanchet, compartió cómo su padre se dedicó a escribir veinticinco libros de no ficción, consolidándose como uno de los autores más vendidos de la editorial Planeta. Este aspecto del legado de Germán es explorado en detalle en el libro de Catalina, donde ella recopila no solo sus logros, sino también los desafíos personales que enfrentó como cronista y escritor.

Un Libro Íntimo y Revelador

Además, explicó cómo la creación de Mi padre: Germán Castro Caycedo comenzó como un proyecto personal en 2012, motivado por su esposo Renaud Blanchet. Aunque su padre fue reacio a escribir su autobiografía, Catalina pudo recopilar memorias a través de las cartas que intercambiaron a lo largo de los años. Estas cartas fueron la clave para entender y reconstruir los momentos más significativos de la vida de Germán, tanto en lo personal como en lo profesional.

Puedes leer la entrevista completa en Casa Macondo y ver el video de la conversación aquí:

‘Capítulo del libro sobre Germán Castro Caycedo escrito por su hija, Catalina Castro Blanchet’: La Nueva Prensa

‘Capítulo del libro sobre Germán Castro Caycedo escrito por su hija, Catalina Castro Blanchet’: La Nueva Prensa

Germán Castro Caycedo, el cronista por excelencia de Colombia, era conocido por su repudio a la cursilería en el periodismo. “El periodismo colombiano está lleno de poetas mientras que la gente simplemente quiere información”, sentenció en 1977 durante una entrevista con Gonzalo Guillén. Este capítulo del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por su hija Catalina, ofrece una mirada íntima a los últimos días del periodista, donde la precisión, el compromiso y el sentido del deber siguen marcando su vida hasta el final.

El relato de Catalina comienza en el verano de 2021, cuando en París recibe la noticia de que la salud de su padre se ha deteriorado gravemente. A lo largo del capítulo, la autora nos guía a través de una montaña rusa emocional, desde la incertidumbre y el miedo, hasta la determinación de estar al lado de su padre en sus últimos momentos. La narrativa es un testimonio de amor filial, pero también un reflejo del hombre que Germán fue: un maestro de la palabra, un cronista que convirtió la realidad en un arte y que escribió con una mezcla de rigor y sensibilidad.

El capítulo está marcado por recuerdos familiares, como los rituales de Germán para mantener su impecable apariencia, su amor por la fotografía, y su sentido del humor siempre presente. Catalina también comparte cómo, incluso en sus últimos días, Germán mantuvo su esencia intacta, con su característico rechazo a la exageración y su amor por la simplicidad y la claridad en la escritura.

Este capítulo es solo un fragmento del libro que retrata la vida de un hombre que dejó una huella indeleble en el periodismo colombiano. Para quienes deseen profundizar en esta lectura, pueden acceder al capítulo completo en La Nueva Prensa. Además, el libro, impreso por la Editorial Planeta, está disponible en librerías de todo el país.

Catalina Castro Blanchet lanza libro en homenaje a Germán Castro Caycedo – Entrevista en ‘A vivir que son dos días’ de Caracol Radio

Catalina Castro Blanchet lanza libro en homenaje a Germán Castro Caycedo – Entrevista en ‘A vivir que son dos días’ de Caracol Radio

En una emotiva entrevista en el programa ‘A vivir que son dos días’ de Caracol Radio, Catalina Castro Blanchet presentó su libro «Mi padre, Germán Castro Caycedo». Esta obra inicia con una carta que el periodista escribió a su hija y culmina con una carta de la escritora a su padre, cerrando un ciclo de amor y respeto profundo.

Catalina explicó a los presentadores Andrés López y Heisel Mora que la elaboración del libro fue un proceso de duelo tras el fallecimiento de su padre. «Este trabajo profundo de estudio y revisión de archivos me permitió conocer aún más a mi padre», manifestó Catalina. La autora destacó la importancia de su madre en este proceso, tal como lo fue para Germán Castro Caycedo en su carrera. «Este regalo y esta promesa que le hice a mi papá también es un homenaje para ella, porque detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer», resaltó.

Catalina concluyó la entrevista mencionando que el libro finaliza con una carta dirigida a su padre, asegurando que su legado «perdurará para siempre».

Escuche la entrevista completa:

‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’: una crítica en La Palabra

‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’: una crítica en La Palabra

En un artículo firmado por Alejandro Alzate, La Palabra resalta la intensidad emotiva y la rigurosa revisión archivística que Catalina Castro Blanchet ha plasmado en su libro. «Mi padre: Germán Castro Caycedo» es descrito como un texto que da a conocer el pensamiento de un hombre que hizo del periodismo un formidable instrumento para entender las gentes, la cultura, la idiosincrasia y los problemas de un país tan complejo y diverso como Colombia.

El artículo comienza rememorando la significativa contribución de Germán Castro Caycedo al periodismo colombiano, desde su inicio en El Tiempo hasta sus múltiples libros y programas de televisión que marcaron la narrativa del país. Se destaca especialmente su obra «Colombia Amarga» (1976), que consolidó su interés en entender la violencia y las condiciones históricas y políticas que han afectado a Colombia desde sus inicios como república.

El Legado de Germán Castro Caycedo

La Palabra hace un recorrido por los títulos más emblemáticos de Germán Castro Caycedo, como «Perdido en el Amazonas» (1978), «Mi alma se la dejo al diablo» (1982), «El Karina» (1985), «El hueco» (1989) y «Operación Pablo Escobar» (2012), entre muchos otros. En cada uno de ellos, se observa el propósito fundamental de testimoniar los hechos que han marcado la historia nacional, reflejando tanto la tragedia como la esperanza.

El artículo también subraya los diecinueve premios nacionales e internacionales que Germán Castro Caycedo recibió a lo largo de su carrera, destacando su compromiso con el periodismo independiente y su método único de trabajo.

Un Homenaje Íntimo y Literario

Catalina Castro Blanchet ha logrado crear un libro que mezcla el diálogo y la escritura casi confesional con licencias de ficción y biografía novelada. Este enfoque permite conocer a Germán Castro Caycedo en sus facetas más íntimas y coloquiales. La primera parte del libro, «Juventud y vocación», es especialmente destacada por mostrar la humanidad y la pulcritud del trabajo del periodista.

La Palabra cita una reflexión de Germán sobre el estilo periodístico: «La belleza de un texto, su lado profundo, no está en la cantidad de adjetivos que integres. El poder de la escritura viene del fondo. Tu capacidad de contar es hacer sentir los lugares y las situaciones. Para eso no necesitas adjetivos». Este purismo en el oficio es una de las marcas distintivas del legado de Germán Castro Caycedo.

Reflexiones y Metodologías

El artículo de La Palabra resalta la convicción de Germán Castro Caycedo en torno a la vocación de escritor y su enfoque riguroso en la narración de no ficción. Germán aseguraba que «para narrar no ficción el cronista debe ajustarse a la realidad. La imaginación se emplea en la planificación de la investigación».

Catalina Castro Blanchet ha capturado este espíritu en su libro, ofreciendo una obra que no solo homenajea a su padre, sino que también ofrece una guía valiosa para las nuevas generaciones de periodistas. La técnica y la pasión de Germán son presentadas con una claridad y profundidad que permiten al lector entender la magnitud de su contribución al periodismo colombiano.

«Mi padre: Germán Castro Caycedo» es una obra que, según La Palabra, merece ser leída no solo por aquellos interesados en la vida y obra de Germán Castro Caycedo, sino también por todos los que buscan comprender mejor la realidad colombiana a través de los ojos de uno de sus cronistas más destacados. La combinación de memoria personal y análisis periodístico hacen de este libro una lectura imprescindible para entender la historia y el legado de Germán Castro Caycedo.

Para más detalles sobre esta reseña y otros contenidos, pueden visitar el artículo completo en La Palabra.

(Podcast) ‘Un padre y una hija’ en El Miope Curioso

(Podcast) ‘Un padre y una hija’ en El Miope Curioso

El periodista cultural Santiago Benavides, realizó un episodio de su podcast ‘El Miope Curioso’ con la participación de Catalina Castro Blanchet, quien presentó su libro y ópera prima ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’. A lo largo del programa, el periodista se refirió al texto como una consulta obligatoria para la formación periodística del futuro.

De igual manera, también se destacó el proceso creativo de Castro Blanchet en medio del duelo por la muerte de su padre, las reminiscencias de una estrecha relación entre el periodista y su hija y la correspondencia y enseñanzas que este dejó a lo largo de su vida.

Catalina Castro Blanchet nos cuenta cómo vivió la experiencia de escribir el libro sobre la vida y obra de su padre, Germán Castro Caycedo, y reflexiona en este episodio sobre lo complejo que puede llegar a ser el silencio tras la ausencia de alguien amado.

El Miope Curioso

Escucha el episodio completo: