«Cada crónica me llevaba a otra y descubría un nuevo universo»: Catalina Castro Blanchet

«Cada crónica me llevaba a otra y descubría un nuevo universo»: Catalina Castro Blanchet

Catalina Castro Blanchet presentó en Bitácora, programa de Javeriana Estéreo, su libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, en el que rinde homenaje a la vida y obra del gran cronista colombiano. A lo largo de la entrevista, Catalina habló sobre el proceso de creación de este libro, los desafíos de seleccionar material entre la vasta obra de su padre, y los momentos más íntimos que compartió con él, tanto en lo personal como en lo profesional. A continuación, transcribimos la conversación completa entre Catalina y el periodista José Vicente Arizmendi.

José Vicente Arizmendi (JVA): Catalina, buenas noches, bienvenida a Bitácora.

Catalina Castro Blanchet (CCB): José Vicente, buenas noches, muchas gracias por invitarme.

JVA: Con una obra del tamaño de la de su papá, no solamente en libros, sino en artículos de prensa y en material audiovisual, ¿escoger qué incluir en este libro y qué no fue una tarea difícil?

CCB: Sí, fue muy difícil, sobre todo porque el trabajo de mi papá estuvo difundido en muchos medios: prensa escrita, radio, televisión, sus libros… Realmente, cada crónica me llevaba a otra y descubría un nuevo universo. Ya cuando tuve la estructura del libro, eso me permitió escoger por temas y dejar afuera aquellos que no estaban relacionados con los grandes ejes que seleccioné, como la selva, las naciones culturales, la denuncia, el conflicto armado y el medio ambiente. Lo que facilitó un poco fue que fueron temas constantes en su vida, así que de cada uno escogí tres o cuatro crónicas para profundizar, buscando que tuvieran algún lazo con anécdotas personales o con mi historia de vida junto a él.

JVA: Me llamó la atención que en las páginas del libro hay códigos QR. Uno los escanea y puede acceder a la pieza original. ¿Cómo surgió esta idea?

CCB: Esa fue una idea de la editorial. En una de las primeras versiones, el libro era mucho más largo. Entonces, una de las soluciones para recortar y facilitar la lectura fue incluir los QRs. Cuando seleccioné los artículos y programas en los que iba a profundizar, los fuimos subiendo a la página web de mi papá, que mi mamá mantiene viva. Pienso que es una gran ayuda para el lector, porque puede leer los textos originales y no quedarse solo con la interpretación en el libro.

JVA: En el texto, a veces te refieres a Germán Castro Caycedo como “mi padre” y otras veces como “Germán”. ¿Cómo manejaste esa diferencia?

CCB: Al principio, cuando comencé a trabajar con él, la idea original era hacer un libro de preguntas y respuestas. Pero me parecía un poco aburrido como lectora, así que comenzamos a pasar algunas partes a la tercera persona. Luego, cuando él falleció, necesité legitimar mi voz. En ese momento, la narración cambia de la tercera a la primera persona. Cuando hablo de mis recuerdos o de mi duelo, es “papá”. Cuando hablo de su trabajo, intento ser más observadora y me refiero a él como “Germán”. Sin embargo, no fue una regla estricta.

JVA: En algunos momentos del libro también se utilizan diferentes tipos de letra para distinguir estas voces.

CCB: Sí, fue una elección gráfica. Mientras trabajaba el manuscrito en mi computadora, lo llamaba «la cronología», que es la cronología de la última semana de mi papá, y estaba en azul. Todo lo demás estaba en negro. Fue difícil diagramar el libro, ya que había relatos íntimos, el trabajo de mi papá, las cartas, las citas y las referencias. Aunque el lector puede tardar un poco en acostumbrarse, pienso que quedó bien, porque forma parte del viaje de descubrimiento.

JVA: El lector encontrará pequeñas historias detrás de muchos de los libros y programas importantes de Germán Castro Caycedo, como Enviado Especial, su paso por El Tiempo y por RTI. Además, conversaste con muchas personas cercanas a él.

CCB: Sí, hablé con muchas personas. Las primeras entrevistas las hice con mi papá, como su director de fotografía y su asistente durante 15 años. Por ejemplo, en una de las entrevistas con Billy Balsecki, director de fotografía en el primer año de Enviado Especial, revisamos juntos programas de la selva. Fue muy bonito porque ellos volvieron a vivir esos momentos. También hablé con personas cercanas como Julio Sánchez Cristo y, para el contexto histórico, con Otty Patiño, Camilo González y Darío Villamizar, entre otros.

JVA: Catalina, compartías con tu padre una afición que hoy en día es políticamente incorrecta: la tauromaquia. Cuéntanos más sobre eso.

CCB: Mi papá empezó en la radio como comentarista taurino en la emisora Mariana y luego fue reportero del Ruedo de Madrid durante seis o siete años. Era un gran aficionado y conocedor de la fiesta brava. Desde muy pequeña me introdujo en este mundo; creo que mi primera corrida de toros fue a los cuatro años. Mi mamá nunca asistía, ya que no le gustaba, y también porque sabía que era un espacio que nos pertenecía a los dos. Vivimos muchas anécdotas en el ruedo y fuera de él, y muchas etapas de nuestra vida fueron una alegoría a la fiesta brava.

JVA: Pues es un libro que le hace justicia a la vida de un hombre muy importante para este país y para el periodismo. Catalina Castro Blanchet, muchas gracias por acompañarnos esta noche en Bitácora.

CCB: Muchas gracias, José Vicente. ¡Feliz noche!

Escucha la entrevista aquí:

Gabriel García Márquez y Pablo Escobar: las mejores entrevistas de Germán Castro Caycedo

Gabriel García Márquez y Pablo Escobar: las mejores entrevistas de Germán Castro Caycedo

Catalina Castro Blanchet, hija del fallecido escritor y periodista Germán Castro Caycedo, presenta un homenaje a su padre con un libro que recorre su legado y sus más grandes entrevistas.

El pasado 28 de junio, la Revista Cambio publicó un artículo sobre el lanzamiento del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por Catalina Castro Blanchet, una obra que recopila memorias y experiencias significativas del legendario cronista colombiano. Este libro, publicado por Editorial Planeta, ofrece a los lectores una mirada profunda y personal a la vida y obra de uno de los periodistas más influyentes de Colombia.

Catalina ha logrado plasmar en este libro las conversaciones íntimas que sostuvo con su padre, reflejando su pasión por el periodismo y su dedicación a contar las historias más auténticas y complejas del país. Las páginas de Mi padre, Germán Castro Caycedo no solo recorren los más de 20 libros que escribió, sino que también destacan su incansable labor por retratar la realidad colombiana desde una perspectiva crítica y humanista.

En la entrevista con Julio Sánchez Cristo, Catalina compartió detalles sobre algunas de las entrevistas más memorables que realizó su padre, incluyendo las que sostuvo con figuras icónicas como Gabriel García Márquez y Pablo Escobar. Estas entrevistas, ahora accesibles gracias al esfuerzo de Catalina por preservar y difundir el legado de su padre, son piezas clave para entender la historia reciente de Colombia.

Julio Sánchez Cristo subrayó la importancia de este libro como una fuente invaluable para aquellos que desean conocer más sobre Germán Castro Caycedo y su impacto en el periodismo colombiano. Mi padre, Germán Castro Caycedo no es solo un homenaje al hombre detrás del cronista, sino también una obra fundamental para quienes buscan comprender mejor la historia y la cultura de Colombia.

Lee la nota completa en la Revista Cambio.

Escucha la entrevista completa a continuación:

Un intercambio literario: Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada sobre la «arquitectura textual» de Mi padre, Germán Castro Caycedo

Un intercambio literario: Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada sobre la «arquitectura textual» de Mi padre, Germán Castro Caycedo

En un diálogo epistolar lleno de nostalgia y admiración, Catalina Castro Blanchet y Álvaro Castillo Granada reflexionan sobre la obra Mi padre, Germán Castro Caycedo, destacando la profunda conexión entre la arquitectura y la escritura que permea esta biografía.

El 3 de agosto de 2024, la revista Cromos publicó una carta conmovedora escrita por Álvaro Castillo Granada, dirigida a Catalina Castro Blanchet. En esta misiva, Castillo Granada, un querido amigo de la familia Castro y reconocido librero, relata su experiencia al lee la biografía que Catalina dedicó a su padre, uno de los más grandes cronistas de Colombia.

Castillo Granada, que conoció a Catalina desde su niñez y fue testigo del desarrollo de su vocación literaria, no solo elogia la estructura del libro sino que también reflexiona sobre cómo Catalina ha logrado construir una «arquitectura textual» que fusiona de manera magistral la vida y el legado de su padre con sus propias vivencias y sentimientos.

Catalina, en su respuesta, revela cómo la impactaron las palabras de Álvaro, reconociendo su influencia en su formación literaria desde sus primeros encuentros con la poesía. Ella menciona cómo este libro no solo es un tributo a su padre sino también una realización personal que surge de la simbiosis entre su amor por la arquitectura y la escritura.

A continuación, la versión completa de este intercambio:


Una arquitectura textual

Acabo de terminar la última página, la 711, de un libro que llevaba varios años esperando: Mi padre, Germán Castro Caycedo, de Catalina Castro Blanchet.

   Gloria Moreno, su madre (quien me dio la oportunidad de empezar en mi oficio de librero hace ya casi 36 años), me lo venía anunciando: “Catalina está escribiendo un libro sobre Germán… Si vieras la belleza… Estoy asombrada…”.

   No alcanzaba a imaginármela. La conocí cuando tenía 11 años. Era una niña inquieta y tímida, fascinada con la gimnasia, a la que recuerdo cuando iba de visita a la librería Enviado Especial Libros, propiedad de su madre, y nos sentábamos, a veces, en el banco que nos servía de escalera, a leer cuentos o a contarnos historias. Después se fue transformando en una joven que decidió seguir su vocación desde muy rápido: la arquitectura. No creo, ahora que lo pienso, haberle oído hablar de otra profesión para su vida.

   La última vez que la vi fue hace más de veinte años. Veo el sitio exacto: Merlín, un café en el barrio La Macarena. Yo iba a hacer una visita. Pasé frente a una ventana y la vi sentada. Le hice señas. Nos saludamos.

   No he dejado de saber de su vida gracias a los suyos. Esa niña se ha transformado en una mujer talentosa. Profesional y madre.

   Y ahora, para mi sorpresa y asombro, escritora.

   Cerré el libro y me quedé pensando sin salir de mi deslumbramiento: ¿Cómo pudo escribir una historia tan vasta, entrañable y compleja como esta sin caer en el facilismo de la sensiblería o el afán de protagonismo? ¿Cómo contar la historia de su padre, que es al mismo tiempo, la historia de casi los últimos sesenta años de este país? ¿Cómo no avasallarse ante el personaje, el cúmulo de información y descubrimientos que fueron llegando después de su partida?

   En la página 607 encontré una de las claves: “Escribir esta parte del libro representó para mí un triple desafío: primero, intentar entender y explicar con precisión episodios claves del conflicto armado colombiano, en aras de contextualizar las luchas de mi papá, que, como a pocos, le cabía todo el país en la cabeza. Segundo, escoger qué fragmentos de su trabajo abordar, pues dedicó toda su vida profesional a recorrerlo y entenderlo y, al mismo tiempo, darles una forma coherente que equilibrara sus experiencias personales con el contexto histórico, que me imponía una visión más cronológica. Pero quizás lo más desafiante fue entretejer esta tarea con la de narrar sus últimos días. El deber y el sentimiento se debatieron en cada línea”.

   La otra clave es la siguiente: sólo una arquitecta podría armarla. Alguien capaz de mirar las partes y el todo, a través de las ventanas de lo público y lo privado. De la intimidad. De lo que “se preserva para uno mismo” y se decide, gracias a una estructura dramática, dejar ver a los demás. Una “arquitectura textual” (como le gusta decir a Hernando Cabarcas).    

   Partiendo de la reconstrucción de los últimos días de su padre, irse adentrando en las habitaciones de su vida, abriendo puerta tras puerta, para dejarnos ver el retrato de un hombre para el que “el mayor sentimiento de libertad no es poder recorrer parte del mundo ni intentar vivirlo intensamente cada vez que me asomo a culturas diferentes a la mía, sino tener la oportunidad de describirlo”.

   Escrito, además, con una sobriedad absoluta. Y una capacidad de reflexión, sugerencia y síntesis que me hace pensar en una vena poética que debe habitarla. No sé por qué creo que la lectura de Eliseo Diego (de quien recuerdo haberle hablado alguna vez hace casi treinta años y de quien trajo Nombrar las cosas, de una visita a Cuba) la ha respaldado y consolado en esta historia. No es posible escribir un libro como este sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

   Es un libro hondo y hermoso. Contado desde una memoria que extraña y descubre para encontrar, a través de la escritura, la posibilidad de cerrar una historia que debe ser contada desde adentro. Desde las habitaciones por donde transcurren nuestros días y desde las que salimos para encontrarnos con la aventura de estar en el mundo con nuestras palabras. Contar la historia de Germán Castro Caycedo para, habitado por ella, seguir contando la de Catalina Castro Blanchet que, desde ya, los lectores estamos esperando.

Álvaro Castillo Granada

Chapinero, Bogotá, 7 de julio de 2024


Ese otro que también me habita

Voy en una nave que me transporta a un mundo paralelo, un viejo y conocido universo que siempre he llevado en mí, pero que tan solo hoy se materializa. Atravieso el océano con tus palabras como compañía y retumban en mi alma desde anoche: son para mí el premio del gran jurado, “algo inmenso en mi corazón”, como me lo escribió mi padre algún día.

En mi edificación “literaria”, es decir en la estructura de una parte importante de mi ser, fuiste constructor sin ser arquitecto, una de las vértebras, quizás la médula, de mi columna vertebral. Eres, en definitiva, uno de esos seres que por fortuna la vida pone en el camino para erigir paso a paso nuestra esencia. Por eso, a pesar de que no nos vemos hace muchos años, estás siempre en mí, en ese otro que también me habita (como escribió Darío Jaramillo).

Esa niña de 11 años, apasionada por la gimnasia olímpica, que soñaba con ser arquitecta y que se enamoró de Baudelaire a sus 13, encontró, a través tuyo, el amor por la poesía y la literatura latinoamericanas. Por eso, no es gratuito que aquel poema de Eliseo Diego, a quien me introdujiste, y cuyo libro “usado” Nombrar las cosas (el que traje de Cuba para darle una segunda vida, o sabrá Dios en que reencarnación iría cuando cayó en mis manos), sea el preámbulo de este nuevo hijo que acaba de nacer. El temor al papel en blanco, nunca había tenido para mi tanto sentido, ni la poesía que llevo dentro hubiese encontrado mejor terreno que este viaje por la vida de mi padre y parte de la mía.  

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Desde que amé la poesía, la escritura estuvo en mí, porque allí sentados en ese “banco que nos servía de escalera” me llevaste a Diego, pero también a Neruda y sus preguntas, Paz y Benedetti, y también a Julius y al mundo de los cuentos de Bryce, o de Alejo Carpentier, Los cuentos peregrinos de tu Gabo o a Mutis y su Ultima escala del Tramp Steamer, sin duda dos de los libros que me hicieron amar esta literatura nuestra. En ese banco, decía, gracias a ti, repito, descubrí parte del mundo que hoy me define. Desde que abriste las puertas a ese universo de gotas negras sobre blanco, en mi intimidad, lleno cuadernos y cuadernos de frases, palabras, algunas veces acompañadas por dibujos, diarios y diarios como el de Frida (a mi escala claro), que también tu pusiste en mis manos. Esas aproximaciones a poesías, que guardé durante décadas, en efecto son el tímido poeta que llevo adentro. Pero un poeta que jamás pensó que la vida le regalaría la oportunidad de escribir, no solo para cumplir una promesa, sino también para ser leída por otros. Jamás imaginé que, al ser arquitecta, en vez de alejarme de la escritura, me acercaba a ella, así que gracias a tu hermosa analogía, ya estos dos seres que me habitan no se debaten sino que conviven. Hoy soy ese ser que ama la arquitectura, pero que fue capaz, sobre pasando todos los obstáculos y sus propias limitaciones, el duelo “y tantos descubrimientos póstumos”, de hacer una arquitectura textual, como me siento honrada que la llames, y más aún que la elogies.

Tus palabras son en extremo generosas, demasiado, tanto que no creo merecerlas a este punto. Pero tu estimulo me impulsa y me llena de alegría, por eso y por leerme y por haber construido ese otro que también me habita, te estaré eternamente agradecida.

Catalina Castro Blanchet

El Cielo, 8 de julio de 2024


Video embebido: (Aquí se incluirá el enlace o video correspondiente si aplica)

‘Libro: Mi padre, Germán Castro Caycedo’ – Una crítica en El Quindiano

‘Libro: Mi padre, Germán Castro Caycedo’ – Una crítica en El Quindiano

El Quindiano, publicó una extensa crítica sobre el libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por Catalina Castro Blanchet, que ofrece una profunda exploración del legado de uno de los periodistas más icónicos de Colombia. La crítica destaca cómo Catalina narra la vida de su padre, Germán Castro Caycedo, desde una perspectiva íntima y emotiva, brindando a los lectores una mirada personal a la vida y la carrera de un hombre que dedicó su existencia a contar las historias más complejas y olvidadas del país.

El artículo subraya cómo Germán Castro Caycedo, a lo largo de sesenta años, recorrió Colombia para documentar la realidad desde una óptica única, llevando sus crónicas desde las páginas de los periódicos hasta las pantallas de televisión. Su programa Enviado Especial es recordado por mostrar una Colombia profunda y diversa, mientras que sus veintiséis libros de no ficción han dejado una huella imborrable en el periodismo y la literatura del país.

Catalina, a través de su libro, no solo rinde homenaje a su padre, sino que también explora sus propios sentimientos y recuerdos, creando un relato que es tanto un testimonio de amor filial como un análisis riguroso de la vida y obra de Germán. El Quindiano resalta que esta obra es una celebración de la vida de un hombre que vivió con intensidad y ejerció el periodismo con una pasión inigualable.

Para leer la crítica completa en El Quindiano y abrirse a comprender mejor el impacto del legado de Germán Castro Caycedo en el periodismo colombiano, puede hacer click aquí.

Catalina Castro Blanchet en diálogo con Gustavo Nieto Huertas sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’.

Catalina Castro Blanchet en diálogo con Gustavo Nieto Huertas sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’.

En una emotiva entrevista con Gustavo Nieto Huertas en la sección ‘TVO Leyendo’ Noticias RCN, Catalina Castro Blanchet, hija del gran cronista colombiano, comparte detalles sobre el proceso de creación del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo y reflexiona sobre el impacto perdurable de su padre en el periodismo colombiano.

En una conversación que evoca recuerdos profundos y una conexión profesional y personal única, Catalina Castro Blanchet narra cómo surgió la idea de escribir el libro en colaboración con su padre. Germán, inicialmente reticente a la idea de contar su propia historia, finalmente accedió a trabajar junto a su hija en lo que sería una obra que no solo captura la esencia del gran periodista, sino también la relación íntima entre los dos.

Catalina relata cómo las conversaciones y el trabajo en conjunto con su padre revelaron la magnitud de su obra, quien, al mirar atrás, admitió con humildad y sorpresa: «Carajo, si es que he hecho mucho». Este reconocimiento se convierte en uno de los momentos más conmovedores del libro, que Gustavo Nieto describe como una verdadera «cátedra de periodismo puro y limpio».

La entrevista también profundiza en la importancia de la relación entre Germán y su esposa Gloria Moreno, a quien Catalina reconoce como una figura crucial en la vida y carrera de su padre. Según Catalina, él no habría llegado donde llegó sin el apoyo incondicional ella, quien no solo fue su compañera de vida, sino también su crítica literaria más rigurosa y su mayor aliada en la batalla por defender la libertad de expresión.

Al hablar sobre la realización del libro, Catalina destaca el papel fundamental de la Editorial Planeta y sus editores, quienes la apoyaron tanto en el aspecto literario como en su proceso personal de duelo. «Este libro no sería lo que es hoy sin ellos», asegura Catalina, subrayando la importancia de contar con un equipo que comprendiera y respetara la magnitud del proyecto.

Uno de los momentos más reveladores de la entrevista ocurre cuando Gustavo pregunta a Catalina sobre su libro favorito en la obra de su padre. Sin dudarlo, Catalina menciona El Cachalandrán Amarillo, una obra que, según dice, resuena profundamente por ser una colección de cuentos que le recuerdan las historias que su padre le contaba para ahuyentar sus miedos en la noche.

La entrevista concluye con una reflexión sobre el reto de seguir adelante sin Germán. Catalina afirma que, aunque ya no puede llamarlo ni tener esas conversaciones que tanto extraña, su padre sigue presente en cada aspecto de su vida. «Este libro es una manera de que no se vaya nunca», dice Catalina, dejando claro que el legado de Germán Castro Caycedo sigue vivo no solo en las páginas de su obra, sino también en el corazón de quienes lo conocieron y amaron.

Vea la entrevista completa aquí:

‘Una arquitectura textual’: columna de Álvaro Castillo en Cromos

‘Una arquitectura textual’: columna de Álvaro Castillo en Cromos

Acabo de terminar la última página, la 711, de un libro que llevaba varios años esperando: Mi padre, Germán Castro Caycedo, de Catalina Castro Blanchet.

Gloria Moreno, su madre, me lo venía anunciando: “Catalina está escribiendo un libro sobre Germán… Si vieras la belleza. Estoy asombrada”.

No alcanzaba a imaginármela. La conocí cuando tenía 11 años. Era una niña inquieta y tímida, fascinada con la gimnasia, a la que recuerdo cuando iba de visita a la librería Enviado Especial Libros, y nos sentábamos, a veces, en el banco que nos servía de escalera, a leer cuentos o a contarnos historias. Después se fue transformando en una joven que decidió seguir su vocación desde muy rápido: la arquitectura. No creo, ahora que lo pienso, haberle oído hablar de otra profesión para su vida.

Cerré el libro y me quedé pensando sin salir de mi deslumbramiento: ¿cómo pudo escribir una historia tan vasta, entrañable y compleja como esta sin caer en el facilismo de la sensiblería o el afán de protagonismo? ¿Cómo contar la historia de su padre que es, al mismo tiempo, la historia de casi los últimos 60 años de este país? ¿Cómo no avasallarse ante el personaje, el cúmulo de información y descubrimientos que fueron llegando después de su partida?

En la página 607 encontré una de las claves: “(…) un triple desafío: primero, intentar entender y explicar con precisión episodios claves del conflicto armado colombiano, en aras de contextualizar las luchas de mi papá, que, como a pocos, le cabía todo el país en la cabeza. Segundo, escoger qué fragmentos de su trabajo abordar, pues dedicó toda su vida profesional a recorrerlo y entenderlo y, al mismo tiempo, darles una forma coherente que equilibrara sus experiencias personales con el contexto histórico, que me imponía una visión más cronológica. Pero quizá lo más desafiante fue entretejer esta tarea con la de narrar sus últimos días”.

La otra clave es la siguiente: solo una arquitecta podría armarla. Alguien capaz de mirar las partes y el todo, a través de las ventanas de lo público y lo privado. De la intimidad. De lo que “se preserva para uno mismo” y se decide gracias a una estructura dramática, dejar ver a los demás. Una “arquitectura textual” (como le gusta decir a Hernando Cabarcas).

No es posible escribir un libro como este, sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

Álvaro Castillo

Partiendo de la reconstrucción de los últimos días de su padre, se va adentrando en las habitaciones de su vida, para dejarnos ver el retrato de un hombre para el que “el mayor sentimiento de libertad no es poder recorrer parte del mundo ni intentar vivirlo intensamente cada vez que me asomo a culturas diferentes a la mía, sino tener la oportunidad de describirlo”.

Escrito con una sobriedad absoluta, y una capacidad de reflexión, sugerencia y síntesis que me hace pensar en una vena poética que debe habitarla. No es posible escribir un libro como este, sino es acompañado por la capacidad que tiene un poeta de ordenar y construir el mundo a partir de las palabras que lo habitan y siguen todos los días.

Es un libro hondo y hermoso. Contado desde una memoria que extraña y descubre para encontrar, a través de la escritura, la posibilidad de cerrar una historia que debe ser contada desde adentro. Desde las habitaciones por donde transcurren nuestros días y desde las que salimos para encontrarnos con la aventura de estar en el mundo con nuestras palabras. Contar la historia de Germán Castro Caycedo para, habitado por ella, seguir contando la de Catalina Castro Blanchet que, desde ya, los lectores estamos esperando.

‘Capítulo del libro sobre Germán Castro Caycedo escrito por su hija, Catalina Castro Blanchet’: La Nueva Prensa

‘Capítulo del libro sobre Germán Castro Caycedo escrito por su hija, Catalina Castro Blanchet’: La Nueva Prensa

Germán Castro Caycedo, el cronista por excelencia de Colombia, era conocido por su repudio a la cursilería en el periodismo. “El periodismo colombiano está lleno de poetas mientras que la gente simplemente quiere información”, sentenció en 1977 durante una entrevista con Gonzalo Guillén. Este capítulo del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por su hija Catalina, ofrece una mirada íntima a los últimos días del periodista, donde la precisión, el compromiso y el sentido del deber siguen marcando su vida hasta el final.

El relato de Catalina comienza en el verano de 2021, cuando en París recibe la noticia de que la salud de su padre se ha deteriorado gravemente. A lo largo del capítulo, la autora nos guía a través de una montaña rusa emocional, desde la incertidumbre y el miedo, hasta la determinación de estar al lado de su padre en sus últimos momentos. La narrativa es un testimonio de amor filial, pero también un reflejo del hombre que Germán fue: un maestro de la palabra, un cronista que convirtió la realidad en un arte y que escribió con una mezcla de rigor y sensibilidad.

El capítulo está marcado por recuerdos familiares, como los rituales de Germán para mantener su impecable apariencia, su amor por la fotografía, y su sentido del humor siempre presente. Catalina también comparte cómo, incluso en sus últimos días, Germán mantuvo su esencia intacta, con su característico rechazo a la exageración y su amor por la simplicidad y la claridad en la escritura.

Este capítulo es solo un fragmento del libro que retrata la vida de un hombre que dejó una huella indeleble en el periodismo colombiano. Para quienes deseen profundizar en esta lectura, pueden acceder al capítulo completo en La Nueva Prensa. Además, el libro, impreso por la Editorial Planeta, está disponible en librerías de todo el país.

(Podcast) ‘Un padre y una hija’ en El Miope Curioso

(Podcast) ‘Un padre y una hija’ en El Miope Curioso

El periodista cultural Santiago Benavides, realizó un episodio de su podcast ‘El Miope Curioso’ con la participación de Catalina Castro Blanchet, quien presentó su libro y ópera prima ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’. A lo largo del programa, el periodista se refirió al texto como una consulta obligatoria para la formación periodística del futuro.

De igual manera, también se destacó el proceso creativo de Castro Blanchet en medio del duelo por la muerte de su padre, las reminiscencias de una estrecha relación entre el periodista y su hija y la correspondencia y enseñanzas que este dejó a lo largo de su vida.

Catalina Castro Blanchet nos cuenta cómo vivió la experiencia de escribir el libro sobre la vida y obra de su padre, Germán Castro Caycedo, y reflexiona en este episodio sobre lo complejo que puede llegar a ser el silencio tras la ausencia de alguien amado.

El Miope Curioso

Escucha el episodio completo:

Hija de Germán Castro Caycedo escribió libro contando la vida del gran periodista y padre: Noticias Caracol

Hija de Germán Castro Caycedo escribió libro contando la vida del gran periodista y padre: Noticias Caracol

El retrato de un hombre que le dedicó su vida hasta el último aliento al periodismo. Tres años después de la muerte de Germán Castro Caycedo a causa de un cáncer, su hija Catalina reconstruyó su historia.

El 15 de julio de 2021, Colombia perdió a uno de sus más grandes periodistas, Germán Castro Caycedo. Ahora, su hija Catalina Castro Blanchet, quien reside en París, ha dado forma a la vida y obra de su padre en un libro titulado Mi padre: Germán Castro Caycedo. Este libro no solo es un homenaje a su legado como cronista, sino también un viaje personal a través de las vivencias compartidas entre padre e hija.

En una reciente entrevista con Noticias Caracol, Catalina habló sobre el proceso de creación del libro, mencionando cómo su padre participó en la selección de las crónicas que formarían parte de esta obra, prácticamente hasta sus últimos días. A pesar de las dificultades que su salud le impuso, Germán nunca dejó de lado su pasión por el periodismo, un compromiso que su hija ahora celebra en estas páginas.

Catalina compartió momentos profundamente emotivos de los últimos días de su padre, describiendo cómo, cuando Germán ya no podía hablar, desarrollaron un sistema de comunicación a través de apretones de manos para expresar el dolor, el amor, y la despedida en silencio. «Llegó un momento en que mi papá no podía hablar. Entonces yo percibía, en su mirada, dolor o tristeza. Le cogía la mano y le decía ‘si tienes dolor, apriétame, si me quieres, apriétame dos veces’ y yo hacía lo mismo. Llegó un momento en que él ya no podía apretar, pero me tenía la mano», compartió Catalina.

Además, Catalina resaltó la dedicación de su padre al trabajo, incluso en los momentos más difíciles. Ella describió cómo él se mantenía comprometido con su labor periodística, seleccionando y organizando las crónicas que aparecerían en el libro, demostrando así su amor por el oficio hasta el final.

El legado de Germán Castro Caycedo es amplio y complejo; fue un cronista que recorrió Colombia, entrevistó a grandes personajes, y retrató una realidad a menudo olvidada en sus 26 libros. Catalina también destacó cómo su padre valoraba la honestidad y la integridad, principios que guiarían su trabajo periodístico a lo largo de su vida.

Para aquellos interesados en conocer más sobre esta emotiva entrevista con Noticias Caracol, pueden ver el video completo a continuación:

En 90 minutos, Catalina Castro Blanchet habló sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’

En 90 minutos, Catalina Castro Blanchet habló sobre su libro ‘Mi padre, Germán Castro Caycedo’

En una conversación con 90 Minutos, Catalina Castro Blanchet, hija del recordado ‘Enviado Especial’, compartió reflexiones sobre su nuevo libro Mi padre, Germán Castro Caycedo. Más que una biografía convencional, este texto es un viaje íntimo y personal que explora las diversas facetas de su padre, desde su carácter multifacético hasta su profunda preocupación por la situación social en Colombia.

Durante la entrevista, Catalina revela que la idea de este libro fue un proyecto largo y significativo, que surgió de su deseo de preservar y compartir las historias y enseñanzas de su padre. Germán, quien siempre evitó hablar en primera persona o escribir sobre sí mismo, finalmente aceptó colaborar en 2019, lo que permitió que este libro se convirtiera en un testimonio conmovedor de su vida y legado.

Catalina también reflexiona sobre las conversaciones que mantenía con su padre sobre el país y las preocupaciones que lo acompañaban, en especial la falta de oportunidades y la educación en Colombia. Describe cómo estas inquietudes lo llevaron a convertirse en el periodista que conocemos, con una visión crítica y una sensibilidad única hacia las problemáticas sociales.

Entrevista completa a continuación: