En la Universidad Javeriana, Catalina Castro Blanchet presentó Mi padre, Germán Castro Caycedo, una obra que explora la vida y el trabajo del influyente cronista colombiano. Acompañada de Ginna Piedad Morelo y Marisol Cano Busquets, Catalina compartió detalles sobre la narrativa de su padre y la influencia de su metodología en el periodismo colombiano. Ginna Morelo abrió la conversación recordando el estilo comprometido de Germán: “Los libros del maestro Germán son siempre una cátedra de buen periodismo que se unta de barro,” enfatizando el vínculo cercano de sus textos con las realidades sociales del país.
Catalina recordó que su padre encontró su vocación de cronista muy joven. “Mi papá supo a los 16 años que quería ser cronista y lo supo cuando leyó una crónica en El Espectador de Camilo López”, explicó, refiriéndose a cómo Germán quedó impactado por un relato de un accidente aéreo en los años 50. Desde entonces, su padre se dedicó a estudiar a fondo la narrativa de los cronistas de Indias, quienes, según Catalina, “narraron magistralmente la conquista española.”
La Importancia de Estar en el Terreno y la Diversidad Cultural de Colombia
Catalina explicó que para su padre la clave de una buena crónica era “estar en el lugar de los hechos” y conocer profundamente las culturas locales: “Para él, en Colombia coexisten varias naciones culturales”, comentó, haciendo referencia a los diversos contextos sociales que su padre exploró a lo largo del país. Esta observación fue reforzada por Marisol Cano, quien describió la obra de Germán como un ejercicio de “capacidad de asombro y de observación muy desarrollada,” y recordó su relación con el pintor David Manzur, quien enseñó a Germán a capturar “diferentes tonos de verdad” en lugares como el Pantano del Darién.
Planificación y Trabajo de Campo como Pilar de su Método
Catalina también destacó el rigor en la planificación de sus investigaciones. “La crónica debe ceñirse a hechos reales, y la imaginación se emplea en la planificación del trabajo de campo,” afirmó, revelando la profundidad de los preparativos para libros como El Hurakán. En este caso, el proceso de investigación incluyó viajes a ciudades como Madrid, Sevilla y Barcelona, así como la exploración de archivos coloniales y un recorrido en barco de tres meses para comprender cómo se vivía la navegación en el siglo XVI. Catalina enfatizó que todos estos viajes eran “siempre financiados por mi papá, por lo cual la investigación se demoraba muchos años.”
El evento finalizó con preguntas de los asistentes, quienes compartieron sus propios recuerdos de la obra de Germán Castro Caycedo, resaltando la influencia que su ética de trabajo y narrativa han tenido en la comprensión de la realidad colombiana.
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