Germán Castro Caycedo, el cronista por excelencia de Colombia, era conocido por su repudio a la cursilería en el periodismo. “El periodismo colombiano está lleno de poetas mientras que la gente simplemente quiere información”, sentenció en 1977 durante una entrevista con Gonzalo Guillén. Este capítulo del libro Mi padre, Germán Castro Caycedo, escrito por su hija Catalina, ofrece una mirada íntima a los últimos días del periodista, donde la precisión, el compromiso y el sentido del deber siguen marcando su vida hasta el final.
El relato de Catalina comienza en el verano de 2021, cuando en París recibe la noticia de que la salud de su padre se ha deteriorado gravemente. A lo largo del capítulo, la autora nos guía a través de una montaña rusa emocional, desde la incertidumbre y el miedo, hasta la determinación de estar al lado de su padre en sus últimos momentos. La narrativa es un testimonio de amor filial, pero también un reflejo del hombre que Germán fue: un maestro de la palabra, un cronista que convirtió la realidad en un arte y que escribió con una mezcla de rigor y sensibilidad.
El capítulo está marcado por recuerdos familiares, como los rituales de Germán para mantener su impecable apariencia, su amor por la fotografía, y su sentido del humor siempre presente. Catalina también comparte cómo, incluso en sus últimos días, Germán mantuvo su esencia intacta, con su característico rechazo a la exageración y su amor por la simplicidad y la claridad en la escritura.
Este capítulo es solo un fragmento del libro que retrata la vida de un hombre que dejó una huella indeleble en el periodismo colombiano. Para quienes deseen profundizar en esta lectura, pueden acceder al capítulo completo en La Nueva Prensa. Además, el libro, impreso por la Editorial Planeta, está disponible en librerías de todo el país.