Medio: El Tiempo.
Fecha: 06 de diciembre de 1968.
Por: Germán Castro Caycedo / Fotos: Sin registro.
Ayer a las 12 del día llegó procedente de Quito ‘El Cordobés’. En el aeropuerto se agolparon a su lado, durante los 7 minutos que tardó para tomar un automóvil, unas tres decenas de personas que, a codazos, llegaron hasta él para tocarlo.
“El Mechudo”; sigue siendo el mismo de hace 4 años, porque continúa arrastrando gente. En Bogotá vendió solo los abonos. Llenó (desde ahora) la plaza, no solo para sus corridas, sino para las que van a torear los demás. Después de esto, se puede decir que ‘El Cordobés’ sigue siendo el más taquillero del mundo.
“EL SALVADOR”
Entre la gente que esperaba el arribo del avión. estaba Víctor Rodríguez, uno de los empresarios. Decía:
“Aquí estamos. Esperando a ver si es cierto que llega el salvador”.
La frase, dicha con una sonrisa que tenía algo de nerviosa y de incredulidad, es un retrato de lo que este torero significa en la fiesta actual.
“El Mechudo” es algo más que el torero discutido por los taurinos de taberna. Significa la garantía para cientos de empresarios de todo el mundo, que tienen como conjuro su nombre para abarrotar los tendidos.
UN DESCANSO
Solo cuando el matador descendió del avión y estuvo entre los brazos del empresario (traje de repicar duro, corbata italiana y embolada de cinco pesos) el nerviosismo desapareció del aeropuerto. Ya estaba todo asegurado.
Los trámites de aduana fueron cumplidos por los admiradores del torero, que le raparon de la mano papeles, maletines y pasajes. La evacuación de las dependencias de aduana fue inmediata. La única demora, una nube de cámaras periodísticas y lápices que pedían autógrafos.
UN BAÑO DE TINA
Hablar con ‘El Cordobés’ significa la mitad reírse por sus ocurrencias y la otra pensar en lo que dice. Es un ágil mental que saluda a todo el mundo con la mano y sonríe a cada minuto.
En el Hotel Continental fue cordial con todos los empleados de recepción… “¿Me han llegado cartas?”, fue la primera pregunta. Y claro, ya había una esperando su llegada. Luego en la suit que le había sido reservada tuvo la primera decepción:
-No hay tina y yo quiero darme un baño, pero no me gusta en regadera.
A estas palabras del matador, todos los aficionados que lo rodeaban se fueron de cabeza hasta la gerencia. En cinco minutos estaba lista otra suite con tina y un café caliente.
AHORA SÍ
Mientras tanto, el empresario continuaba riendo, pero en su cara ya no había inseguridad… “Ya está aquí -dijo- ahora sí descanso. Si señor”.
Durante los primeros minutos, la habitación de ‘El Cordobés’ se llenó nuevamente de cámaras de televisión y luz de reflectores. El personaje, sin la petulancia que un observador pudiese haber esperado, accedió a unas cuantas “tomas” y cuando la luz se había vuelto cansona, dijo: “Señores…”. (Otro conjuro. La 823 volvió a quedar sola). Ahora sí el baño.
TEMPORADA “ACHICADA”
El caso de ‘El Cordobés’ es el de una figura del toreo, cargada de millones, a la cual no interesa ya sumar muchas corridas. Este año su temporada fue “achicada” entre España y América. Toreó “solo” 71 corridas. En América serán menos, mucho menos de las que sumó el año pasado.
– “Este año hubo menos ajetreo”, dijo sonriendo. “Los hombres no son máquinas; no pueden permanentemente continuar a un ritmo agotador. A las máquinas también hay que renovarlas”.
– ¿Y a usted?
– Bueno, ¿usted qué piensa?, responde.
181 CORRIDAS
La época del año 65 pasó definitivamente para ‘El Cordobés’. En esa temporada toreó 111 tardes en España y 65 en América. Un verdadero record. Este año se ha dado el lujo de escoger y quedarse con lo que más le gusta. Aquí ha hecho lo mismo. “Solo vine a Colombia y Venezuela. Lo demás queda fuera, de momento.
– Benítez, ¿no le cansa este mundo de viajes, de adulación, de nervios?
– No. Esa es mi vida, Cada uno se busca su camino y entonces debe seguirlo. Yo así la paso fenómeno,
– ¿Y después de Bogotá, qué?
El lunes a las 5 y 30 de la tarde para España. Hay muchas perdices por cazar en Córdoba. Este año sí me quedo en mi finca disparando. Voy a estar todo el tiempo en Córdoba.
– ¿Trajo la guitarra?
– No, hombre, la dejé… Con la guitarra estoy como el cangrejo: de para atrás, ¿sabe?
EL MÁS DIFÍCIL
Pese a la facilidad de expresión, ‘El Cordobés’ es un personaje difícil de entrevistar. Difícil si uno no quiere caer en las preguntas de siempre. Es que, después de unas cuatro mil entrevistas, queda poco por decir.
Uno de los camarógrafos de televisión se le acercó a su llegada y le dijo:
– Matador, ¿qué tal los toreros que lo van a acompañar a Bogotá?
Y él respondió muy serio “¿En Bogotá? Yo no sé quién más torea aquí”.
QUINCE MENOS
– Benitez: ¿cuantas corridas menos toreará en América este año?
– En relación con el pasado, unas 20.
– En Madrid usted declaró antes de venir que se le había acabado la plata…
– ¿Hombre… que qué? ¿La plata? Bueno, si. Se está acabando.
Diálogo que se corta. La legión de servidores celosos del matador interrumpe. Todos se pelean a codazos por dar la razón primero: “Ya está listo el baño señor. Ya está listo el café. Quítese la camisa que debe descansar… ¿Le hago la cama?
Señor, ¿un cigarrillito?… Y el señor muy tranquilo sonríe. Accede a todas las atenciones…
“Mientras se pueda (piensa), mientras se pueda, pues que vengan las atenciones. Sí señor”.