Mi alma se la dejo al Diablo
Segundo libro de narrativa no-ficción publicado en Colombia.
En las primeras páginas se incluye un aparte del facsímil del testamento de un hombre que murió abandonado en las selvas de El Yarí, que da lugar al título del relato.
El origen de la historia surgió de una breve nota publicada en un diario de Cali y comenzó a tomar forma más tarde en la zona selvática de Araracuara, al Sur de Colombia, donde ocasionalmente surgió un lanchero que había hallado el esqueleto del muerto en una cabaña de de trocos en la ribera del río Yarí.
El hallazgo ocurrió cuando el lanchero buscaba algún punto habitado en aquellas inmensidades, pues se había extraviado en aquella soledad.
A partir de allí busqué y localicé a los personajes de la historia, y un año después, cuando creí que la conocía, busqué a quienes lo habían abandonado y finalmente logré llegar en un avión anfibio hasta el punto donde aún se encontraba el esqueleto de Benjamín Cubillos. Así se llamaba el muerto.
Primera edición: 1982.
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